Granizos, truenos, rayos y centellas: ¿qué son las bajas segregadas?
Este es uno de los fenómenos atmosféricos más fascinantes, y a la vez, más difíciles de pronosticar. ¿Será también complejo el llegar a comprenderlos? Pasa, lee y haz la prueba.
11 de junio de 2018. Una imponente nube de tormenta (cumulonimbos) sobrevuela el centro de Santiago. A su paso deja caer una copiosa granizada (graupel) la que muchos, en un primer momento, confunden con nieve. Tal fue la cantidad de esos granos de hielo pastoso desperdigados por la capital chilena que hasta La Moneda se tiñe de blanco.
Todo lo anterior ocurre al tiempo que en otros sectores de la misma ciudad brilla el Sol, mientras en otras zonas llueve a cántaros, mientras en otros lugares retumban los truenos y encandilan los rayos. ¿Lo recuerdan?
¿Qué origina estos fenómenos extremos y con consecuencias tan disímiles? Las responsables se llaman Bajas Segregadas o Núcleos Fríos en Altura. Estas manifestaciones naturales son “un dolor de cabeza” para los meteorólogos, porque su evolución es dinámica, cambiante y de pronóstico incierto. Tan veleidosos son que pueden despacharse una lluvia torrencial sobre tu casa, mientras que en la del vecino brilla el Sol y en la siguiente cuadra caen granizos. Todo, ¡al mismo tiempo!
¿De qué se trata?
Lo primero que debes saber es que Baja Segregada y Núcleo Frío en Altura son lo mismo. Y aunque se pueden presentar en el invierno, e incluso en el verano especialmente en la cordilla de Los Andes, sus estaciones favoritas son el otoño y la primavera.
La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) define a este fenómeno como “un gran núcleo de aire muy frío que rota en el sentido de las agujas del reloj. De ahí que en palabras técnicas se dice que son ‘depresiones (bajas) asociadas a un núcleo de aire frío que se manifiesta de manera importante en los niveles altos y medios de la tropósfera’. La última parte de la definición técnica explica por qué no sentimos frío cuando llueve con una Baja Segregada, esto porque se manifiestan en la tropósfera media y alta”.
El meteorólogo, Diego Campos, en su artículo: El qué y el cómo de las Bajas Segregadas, realiza un ejemplo muy didáctico. “Si la tropósfera fuera un edificio de 10 pisos, las Bajas Segregadas vivirían típicamente entre el piso 5 y el 10. Los sistemas frontales, en cambio, se manifiestan principalmente en los pisos bajos”.
Campos aclara que “no es del todo correcto decir que ‘no sentimos’ los efectos de las Bajas Segregadas, porque claro que los sentimos. Estos fenómenos son capaces de generar fuertes corrientes de aire entre los pisos altos y bajos de nuestro hipotético edificio. Ese movimiento vertical de aire es una de sus principales características y es lo que permite la formación de nubes de tormenta que son capaces de crecer a todo lo alto del edificio atmosférico”.
¿Son frecuentes?
La DMC revela que, en promedio, “son unas 10 las Bajas Segregadas que afectan a Chile durante el año (cifra al alza), principalmente, en la zona centro-norte en el otoño y la primavera. Suelen tener entre 800 y mil 200 kilómetros de diámetro y pueden permanecer en actividad un par de días”.
El organismo detalla que estos fenómenos aportan unos 40 milímetros de lluvia anual a los valles centrales, cantidad que aumenta en la cordillera, “en donde son la principal causa de las tormentas eléctricas y los aluviones. En el norte del país representan más de un tercio de las lluvias anuales”.
Las Bajas Segregadas “son capaces de generar mucha precipitación en un abrir y cerrar de ojos, además de producir tormentas eléctricas, granizos y otros fenómenos peligrosos”, advierte el organismo.
Ya lo sabes, cada vez que veas un pronóstico que incluya una Baja Segregada, prepárate, porque muchas cosas (o ninguna en tu sector) pueden pasar.