Hacia el futuro de las energías marinas en Chile
Las energías provenientes del océano son una fuente inagotable, pero requieren de avances tecnológicos importantes para que la eficiencia en su extracción sea rentable a nivel mundial. Y Chile no se queda atrás al respecto.
Las energías renovables a nivel mundial han tenido un gran impulso en las últimas décadas, como la energía eólica y la energía solar. Pero existen otras energías también denominadas limpias que empezaron a desarrollarse con posterioridad y que están siendo consideradas como una opción a futuro en conjunto con la eólica y solar. Estas son las energías provenientes del mar.
Los océanos cubren más de un 70% de la superficie de la tierra y por tanto, representan un recurso energético muy importante que podría abastecernos de energía tanto a las viviendas como a las industrias mediante un sistema amigable con el medio ambiente y desde una fuente inagotable. Sin embargo, las tecnologías de energías renovables provenientes del océano aún están en período de pruebas y mejoras constantes a nivel mundial.
Existen varios tipos de energías marinas con potencial de aprovechamiento, sobretodo para comunidades costeras, como son la energía proveniente de las mareas o energía mareomotriz, la energía térmica del océano y la energía del oleaje o energía undimotriz u olamotriz. En ambos casos existen varios modelos de prototipos que intentan maximizar su eficiencia en la extracción de esta energía y cuyas formas responden a las condiciones climáticas del océano en donde son ubicadas.
En concreto, la energía undimotriz está siendo impulsada fuertemente en Chile en el último tiempo, donde incluso se acaba de instalar un sistema pionero en el Puerto de Valparaíso (Muelle Barón). El prototipo se llama Brazo Al Mar (BAM) y fue creado por la empresa Maestranzas Diesel y construído por ASMAR, en colaboración con la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) y la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV).
Este dispositivo está pensado tanto para operar en la obtención de energía en modo de prueba, como para para obtener datos que permitan modelar su funcionamiento con el fin de proponer mejoras para alcanzar un equipo que pueda operar de la manera más eficiente y con el menor riesgo de falla durante períodos de oleaje extremo.
Al igual que le ocurre al BAM, en la actualidad, los sistemas de extracción de energía desde el océano son muy vulnerables a las condiciones del clima de oleaje donde se ubican. Es por esto que, en muchos casos, estos dispositivos son pensados con la posibilidad de ser trasladados o puestos a resguardo cuando se pronostican condiciones extremas.
Las investigaciones y proyectos en este área sin duda apuntan a mejorar la operatividad en cualquier clima de oleaje y con una transferencia eficiente a la matriz energética, pero además también se centran en la identificación de los lugares con mayor potencial energético en cada país, tarea que en Chile está llevando a cabo el Marine Energy Research and Innovation Center (MERIC).