Impactos de La Niña en los recursos pesqueros
El Niño y La Niña son fenómenos localizados en el Pacífico ecuatorial, pero sus efectos no sólo se dejan notar ahí, sino que son los causantes de sequías, aumento de probabilidad de incendios, inundaciones y otros eventos extremos a lo largo del planeta.
Los fenómenos ENSO (El Niño Southern Oscillation) se caracterizan principalmente por 2 fases, una es el aumento de la temperatura del Océano Pacifico ecuatorial, y esta fase se denomina El Niño, y la otra es el enfriamiento de la misma zona, tomando entonces el nombre de La Niña.
Como ya ha declarado la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), hemos entrado en una fase de La Niña, la cual se extenderá para nuestro país hasta el verano 2021.
Pero, ¿qué implicancias tiene este fenómeno?
Si bien cuando hablamos del ENSO nuestro ojos se vuelcan a lo que ocurre en el Pacífico ecuatorial, sus efectos se dejan sentir en muchas partes del planeta, y no sólo en los océanos sino también en los patrones climáticos de temperatura y precipitación dentro de los continentes, los cuales pueden tornar hacia el aumento de eventos extremos de gran riesgo para las personas, como son la pérdida de cosechas a lo largo del mundo por efecto de la sequía, los impresionantes y devastadores incendios en Australia o las grandes inundaciones en América del Sur.
Pero sin duda, uno de sus efectos más importantes en su origen es la alteración de la disponibilidad de los recursos pesqueros.
Recientemente la FAO ha publicado un informe sobre los efectos del fenómeno de El Niño (ENSO) en la pesca y la acuicultura. Este estudio ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los recursos pesqueros afectos a estos fenómenos climáticos, pero la magnitud de los impactos es difícil de medir ya que éstos cambian dependiendo de la intensidad de El Niño o La Niña, de su duración, y de la intensificación que se está viendo debido al cambio climático.
La manifestación de la oscilación de la temperatura no sólo va a modificar la disponibilidad de peces en términos de volumen, sino que también puede variar el tipo de especie predominante al producirse migraciones de éstos en búsqueda de condiciones más favorables.
Para la pesca, las aguas más frías son beneficiosas, ya que a ellas se asocia mayor cantidad de nutrientes que en aguas más cálidas. Es por esto que en el Pacifico ecuatorial se aumentan las capturas de peces en años con fenómeno de la Niña y viceversa durante fenómenos de El Niño. Pero este efecto “positivo” local con La Niña no significa un beneficio global ya que, por ejemplo, para nuestro país se pronostican más olas de calor durante la próxima estación estival.
Sin duda, los fenómenos ENOS nos afectan de múltiples maneras a nivel global y, si bien se han estudiado mucho en las últimas décadas, aún queda mucho que investigar para conocer de forma más precisa sus efectos.