Incendios y volatilidad hidroclimática: ¿qué podemos aprender de las tragedias de Los Ángeles?
Incendios forestales devastadores en Los Ángeles: estudio destaca el papel de la volatilidad hidroclimática. Explorar este descubrimiento podría ayudar a desarrollar estrategias de resiliencia para los desafíos del mañana.
Los Ángeles, símbolo de sueños y desastres, volvió a ver sus cielos arder. Los incendios que devastan la región no son sólo peligros naturales. Frente a estos brutales eventos climáticos, la “volatilidad hidroclimática” se revela como un factor clave a analizar.
Consecuencias sociales y ecológicas
El impacto de los incendios de Los Ángeles es inmenso. Los incendios mataron a 24 personas, desplazaron a más de 105.000 y destruyeron 15.000 hectáreas de tierra. Más allá de las pérdidas humanas, los ecosistemas locales están sufriendo daños irreparables. Los suelos, una vez quemados, pierden su capacidad de retener agua, lo que genera un mayor riesgo de deslizamientos y erosión durante las lluvias posteriores.
La destrucción de la vegetación también conduce a una pérdida de biodiversidad y altera los hábitats naturales. Los incendios liberan grandes cantidades de dióxido de carbono, lo que contribuye aún más al calentamiento global. La recuperación de estos ecosistemas puede llevar décadas o incluso siglos, lo que hace que cada incendio sea particularmente destructivo a largo plazo.
¿La “volatilidad hidroclimática” como causa?
La "volatilidad hidroclimática" se caracteriza por transiciones repentinas y frecuentes entre condiciones muy secas y muy húmedas. Este fenómeno se ve amplificado por el calentamiento global, que aumenta la capacidad de la atmósfera para retener la humedad.
Según un nuevo estudio publicado en Nature, cada aumento de 1°C en la temperatura atmosférica se asocia con un 7% más de humedad. Esto significa que la atmósfera se vuelve más capaz de producir períodos de fuertes lluvias seguidos de sequías intensas, creando un ciclo de extrema humedad y sequedad.
Según este estudio, esta inestabilidad ha aumentado entre un 31 y un 66% desde mediados del siglo XX. En Los Ángeles, después de temporadas de lluvias récord, los períodos de sequía convierten la exuberante vegetación en combustible para los incendios.
Esta alternancia extrema hace que la gestión de los recursos hídricos y la prevención de catástrofes sean especialmente complejas, requiriendo infraestructuras capaces de gestionar volúmenes de agua muy variables.
Vientos de Santa Ana
Además, los vientos cálidos y secos de Santa Ana que soplan desde el interior hacia el océano promueven la rápida propagación de los incendios al dispersar las brasas a largas distancias.
Estos vientos son generados por áreas de alta presión en la Gran Cuenca, que empujan el aire a través de las montañas hacia la costa de California. El calentamiento global intensifica estos vientos al aumentar el calor y reducir la humedad del aire que baja de las montañas.
Debido al derretimiento más rápido de la nieve y la disminución de las precipitaciones invernales, los vientos de Santa Ana se están volviendo más frecuentes y poderosos. Esta intensificación contribuye a que los incendios sean más intensos y frecuentes, porque las condiciones creadas por estos vientos secan rápidamente la vegetación, reduciendo el tiempo disponible para intervenir eficazmente.
Respuestas urgentes
La adaptación se convierte en una necesidad urgente. Es necesario poner en marcha de inmediato políticas para gestionar de forma más resiliente los recursos hídricos, preservar los bosques y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esto incluye la construcción de reservorios de agua para almacenar el exceso de agua durante las temporadas de lluvias y la implementación de técnicas agrícolas más resistentes a las condiciones climáticas extremas. La participación de las comunidades locales en la preparación y respuesta ante desastres es crucial para reducir las pérdidas humanas y materiales.
Los programas de concientización y capacitación pueden ayudar a las personas a comprender mejor los riesgos y actuar rápidamente en caso de emergencia. La colaboración entre gobiernos, científicos y ciudadanos es esencial para desarrollar estrategias de gestión de riesgos sostenibles.
Fuentes y referencias de la noticia
- Swain, D.L., Prein, A.F., Abatzoglou, J.T. et al. Hydroclimate volatility on a warming Earth. Nat Rev Earth Environ 6, 35–50 (2025).