Investigación vincula breves ataques de ira con el deterioro de los vasos sanguíneos, aumentando los riesgos cardíacos
Nuevas investigaciones vinculan el enojo breve con el deterioro de los vasos sanguíneos, lo que aumenta los riesgos cardíacos.
Todo el mundo experimenta ira, pero ¿alguna vez has considerado su impacto en la salud de tu corazón? Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Columbia revela que incluso breves episodios de ira podrían tener un impacto significativo en el funcionamiento de nuestros vasos sanguíneos. La investigación también ofrece una nueva perspectiva sobre el vínculo entre los estados emocionales y la salud cardiovascular.
Dirigido por el profesor de medicina del Centro Médico Irving, Daichi Shimbo, el estudio exploró cómo las emociones negativas, particularmente la ira, afectan el endotelio, la delgada capa de células que recubre los vasos sanguíneos. Se centró específicamente en adultos a quienes se les pidió que recordaran recuerdos personales que les provocaban ira. Sorprendentemente, los investigadores descubrieron que estos recuerdos emocionales conducían a un deterioro notable en la dilatación de los vasos sanguíneos, esencial para un flujo sanguíneo saludable.
"La función vascular deteriorada está relacionada con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular", dijo Shimbo. "Los estudios observacionales han relacionado los sentimientos de emociones negativas con un ataque cardíaco u otras enfermedades cardiovasculares. La emoción negativa más común estudiada es la ira, y hay menos estudios sobre la ansiedad y la tristeza, que también se han relacionado con el riesgo de ataque cardíaco".
Deterioro significativo en la función de los vasos sanguíneos
El estudio, que forma parte del proyecto más amplio "Mecanismos putativos subyacentes al inicio del infarto de miocardio y emociones (PUME)", involucró a 280 adultos a quienes se les asignaron diversas tareas diseñadas para evocar estados emocionales específicos. Estas tareas incluían tener recuerdos enojados, pensamientos que provocan ansiedad, leer oraciones deprimentes o participar en una actividad neutral como contar hasta 100. Los investigadores midieron la función de los vasos sanguíneos de los participantes antes y después de estas tareas utilizando sondas digitales avanzadas que detectan cambios en el flujo en la sangre arterial.
"Vimos que evocar un estado de ira conducía a una disfunción de los vasos sanguíneos, aunque todavía no entendemos qué puede causar estos cambios", añadió Shimbo, sugiriendo que una mayor investigación sobre los vínculos entre la ira y la salud vascular podría ayudar a identificar estrategias de intervención para aquellos en mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares.
Glenn Levine, de la Facultad de Medicina de Baylor, también intervino en los hallazgos y enfatizó las implicaciones más amplias del bienestar mental en la salud del corazón. Y añadió: "Este estudio se suma muy bien a la creciente base de evidencia de que el bienestar mental puede afectar la salud cardiovascular y que los estados emocionales agudos e intensos, como la ira o el estrés, pueden provocar eventos cardiovasculares".
A pesar de los reveladores hallazgos, el estudio tiene sus limitaciones, principalmente debido al perfil joven y saludable de los participantes. Como señala Shimbo, "lo que no deja claro si los resultados se aplicarían a adultos mayores con otras afecciones de salud, que probablemente estarían tomando medicamentos". Aunque vale la pena tener en cuenta que el entorno controlado del estudio podría no replicar completamente las condiciones del mundo real donde ocurren tales respuestas emocionales.
Los próximos pasos de esta investigación serán cruciales para desarrollar estrategias específicas para mitigar estos riesgos, lo que podría conducir a mejores resultados de salud para quienes son propensos a respuestas emocionales intensas.
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