Invierno congelado: ¿Por qué y cómo se forma la temida escarcha?
No sólo basta con el frío para que se genere esta delgada capa de hielo sobre los autos, el pasto, las plantas, los caminos o lo que sea que esté a la intemperie en una helada noche de invierno. ¿Qué otros ingredientes naturales se necesitan?
Los responsables no son la princesa Elsa de Frozen, ni la Bruja Blanca de Narnia, menos el Señor Frío de Batman. La escarcha, esa capa de hielo que blanquea el paisaje en las madrugadas con heladas invernales, responde a la física en la naturaleza. Parece simple, veamos si lo es. Volvamos al colegio y desempolvemos el cuaderno de ciencias naturales.
- ¿Qué es?: La Organización Meteorológica Mundial (OMM) define a la escarcha como el “depósito de hielo producido por el vapor de agua procedente del aire circundante. Generalmente presenta una apariencia cristalina”. La escarcha entra en la calificación de hidrometeoros por depósitos de partículas (gotitas de niebla, rocío, rocío blanco, cencellada blanca, hielo liso y escarcha).
- ¿Cómo es?: “Por lo general toma formas de escamas, agujas, plumas o abanicos, y se genera sobre objetos o naturaleza cuya superficie está lo suficientemente fría”, detalla la OMM.
- ¿Sólo se requiere frío?: No, con que se registren heladas (temperaturas inferiores a 0 grado Celsius) no basta. Ese es uno de los elementos, muy importante, pero no el único. ¿O has sabido que se forme escarcha en el desierto pese a que por las noches las temperaturas bajas a unos -20 °C? ¡Buen punto!
Entonces, ¿qué se necesita? Se requieren 3 ingredientes para sea posible que tengamos escarcha sobre los autos, las plantas, el pasto o lo que sea que esté a la intemperie durante una noche con heladas. Estas condiciones son: Temperaturas inferiores a 0 °C, mucha humedad en el ambiente, mayor al 60%, (vapor de agua) y ausencia de vientos.
Así se forma la escarcha
Sabemos su definición, clasificación e ingredientes, pero ¿cómo se genera la escarcha? Repasemos los estados de la materia: Líquido, sólido y gaseoso (dejemos el plasma para otra ocasión). El aire que respiramos contiene una cantidad variable de agua en estado gaseoso (vapor), la cual se expresa a través del porcentaje (%) de humedad relativa del ambiente.
Dependerá de la temperatura a la que se encuentre el ambiente para que el aire se sature, es decir, para que ya no pueda más con tanto vapor de agua. Así, entonces, esa agua en el aire pasará del estado gaseoso al líquido depositándose sobre una superficie con menor temperatura (condensación) dando origen al rocío (pequeñas gotas de agua).
¡Bonus track! Sepan ustedes que el aire, a mayor temperatura, puede almacenar más cantidad de vapor de agua. Mientras que el aire, a menor temperatura, puede acumular menos vapor de agua. Sí, por ejemplo, en el desierto el aire tiene más vapor de agua que en cordillera nevada. Increíble, pero cierto.
¿Y la escarcha? Bueno, luego de todo el desarrollo descrito, la materia sigue en su incansable proceso de transformación. Cuando llega la noche, el Sol se esconde y las temperaturas bajan bruscamente generando heladas. El aire frío es más denso que el cálido, entonces, se deposita en la superficie a ras de suelo. La misma superficie que contiene el rocío, esas pequeñas gotas de agua que, ante las temperaturas inferiores a 0 °C y la ausencia de vientos, pasan del estado líquido al sólido formando cristales de hielo: Escarcha.
Ausencia de vientos, temperaturas por debajo de 0 °C y humedad, mucha humedad (+60%), son los requisitos básicos que se forme la escarcha en las frías noches de invierno. ¿Qué pasa si falta uno de estos ingredientes? No se formará, o sea, en climas de aire seco puedes tener -10 °C y jamás verás escarcha; a menos que invoques a la princesa Elsa, a la Bruja Blanca o tal vez al Señor Frío. XD.