Japón también incluye entre sus prioridades la retirada de basura espacial
El problema del aumento constante de la basura espacial concierne a todos, pero sobre todo a todas aquellas naciones con misiones espaciales activas que, por una razón u otra, siguen aumentando la basura espacial.
Cada vez más países comprenden la importancia de una gestión más consciente de los desechos espaciales.
El aumento constante de estos desechos en la órbita terrestre es un problema para todos, tanto para nosotros que vivimos en la Tierra y no tenemos ningún viaje espacial planeado, pero sobre todo para los instrumentos presentes en el espacio que nos rodea.
Por ello, Japón lanzó la misión Adras-J (Active Debris Removal by Astroscale-Japan) con el objetivo de identificar y acercarse a un antiguo residuo que lleva 15 años orbitando nuestro planeta.
¿De dónde vino este cohete?
El 18 de febrero se lanzó el satélite japonés Astroscale en un cohete Lab Electron. El lanzamiento se realizó desde la base de Mahia, Nueva Zelanda.
Desde entonces, Astroscale se ha ido acercando poco a poco a un segmento de un cohete fuera de servicio de unos 11 metros de largo y 4 metros de ancho, con una masa de 3 toneladas.
Evidentemente no se trata de los únicos desechos espaciales que deambulan por nuestro planeta; de hecho, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha contabilizado 2.220 cuerpos de cohetes aún en órbita.
Para realizar la aproximación precisa, el satélite inteligente Astroscale utilizó cámaras y algoritmos que le permitieron acercarse al fragmento del cohete sin chocar con él, una operación que no es nada evidente, además porque mientras tanto los restos giran lentamente sobre sí mismos.
En las próximas semanas el satélite Adras-J seguirá orbitando el cuerpo del cohete intentando capturar el mayor número de imágenes posible para recopilar más información sobre el fragmento, como las condiciones de su estructura, su velocidad de rotación y su eje de rotación.
Seguirán más misiones para capturar el fragmento
Por lo tanto, por el momento se limitará a observar el cohete muy de cerca sin entrar en contacto directo con él; de hecho, Adras-J intentará frenar la rotación del cohete lanzando propulsores contra él en la dirección opuesta a su rotación.
En lo que respecta a las futuras misiones Astroscale, su objetivo será acercarse aún más para recoger los escombros utilizando brazos robóticos.
Japón no sólo está planificando misiones para recuperar y por tanto reducir la cantidad de basura espacial presente en el espacio, de hecho hay muchas agencias espaciales que han desarrollado programas bien estructurados y articulados para resolver este problema. También porque cualquier colisión con residuos provocaría la producción de más desechos y, por tanto, una serie de colisiones en cascada.
Todavía queda mucho por hacer, pero ahora está claro para todos que es una prioridad garantizar que sigamos explorando el espacio que nos rodea, pero también mantener y seguir haciendo crecer las conexiones e infraestructuras en nuestro planeta.