Jardines de lluvia: una respuesta natural para ciudades más resilientes ante el clima

Es un hecho que la crisis climática afecta hoy en todo el mundo. Fenómenos meteorológicos extremos y que son cada vez más frecuentes e intensos, como lluvias torrenciales y/o períodos prolongados de sequía, se volvieron parte de nuestra realidad.

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Los jardines de lluvia priorizan vegetación nativa y optimización del suelo

Cuando caen lluvias intensas en poco tiempo, muchas veces el agua no encuentra la forma de filtrarse en el suelo dado el exceso de pavimento en las zonas urbanas, lo que provoca inundaciones, daños en la infraestructura y problemas de tráfico.

Estos fenómenos han obligado a la comunidad como a instituciones y organizaciones a buscar nuevas formas de adaptarnos y protegernos. Es ahí donde surgen soluciones como los jardines de lluvia que, actualmente, cobran vital importancia.

¿Qué son los jardines de lluvia?

Son espacios verdes diseñados, específicamente, para captar y filtrar el agua de lluvia en las ciudades, compuestos idealmente por plantas nativas y suelo bien preparado, para evitar el desplazamiento del agua sin control, inundaciones y sobrecarga de los sistemas de alcantarillado. Además, contribuyen a la biodiversidad y a embellecer el entorno urbano, creando áreas de recreación que favorecen el bienestar de las personas.

La idea de los jardines de lluvia nació a partir de un grupo de ingenieros y ecologistas que, en la década de los´90, en Estados Unidos, encontraron una solución innovadora a los desafíos medioambientales, en lo que respecta al manejo del agua.

A medida que las ciudades crecían y se cubrían cada vez más de cemento y asfalto, la capacidad de la tierra para absorber el agua de lluvia disminuía, aumentando el riesgo de inundaciones y la contaminación del agua. Para abordar estos problemas, se ideó este enfoque natural y sostenible para mejorar la gestión del agua y hacer nuestras zonas urbanas más resilientes.

Jardines de lluvia en Santiago

A fines de septiembre, en la ribera del canal San Carlos, se inauguró el primer jardín de lluvia de Peñalolén, proyecto destinado a ser un ejemplo a replicar en otros lugares con riesgo de inundación por lluvias intensas.

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Jardín de lluvia inaugurado en Peñalolén a fines de septiembre 2024

El Gobierno de Santiago junto al Municipio de Peñalolén y Escenarios Hídricos 2030 de la Fundación Chile, trabajaron en conjunto para llevar a cabo esta Solución Basada en la Naturaleza (SbN) que va en línea con la tendencia mundial de las “ciudades esponja”.

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Preparación de terreno para el desarrollo del Jardín de Lluvia en la comuna de Peñalolén en Santiago

“Nuestro país va a ser el único de Latinoamérica que va a sufrir un estrés hídrico extremamente alto en los próximos veinte años, por lo que necesitamos un cambio de mirada, y este proyecto es un ejemplo. No queremos áreas verdes que consuman agua para su mantención, por lo que este jardín de lluvia cumple el triple propósito de ser sostenible, mitigar inundaciones y recargar las napas subterráneas”, enfatiza Ulrike Broschek, directora de Escenarios Hídricos 2030 de Fundación Chile.

“Los jardines de lluvia son un tipo de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) para captar, filtrar e infiltrar las aguas pluviales en la ciudad. Estos se evalúan de acuerdo a su pertinencia y adecuación a las condiciones del lugar y a las decisiones de la comunidad donde se emplazan”.

Iniciativa Aguas de Barrio, Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM).

De igual forma, hace un par de años la iniciativa Aguas de Barrio de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), trabajó en el diseño e implementación de estos sistemas construyendo cuatro prototipos de soluciones hídricas comunitarias y sostenibles: dos en la comuna de Santiago y dos en la comuna de Renca denominados Jardín Zenteno y Jardín Central, respectivamente.