La fragata portuguesa llega a las costas chilenas: cómo convivir con este misterio del mar
Con el verano, llegan las fragatas portuguesas a las costas chilenas. Es una de las especies marinas que más preocupa por los riesgos a la salud humana. ¿Sabías que sus tentáculos pueden medir hasta 50 metros? Descubre más acá.
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Llegó la preocupación de los bañistas: la fragata portuguesa está en su temporada. ¿Qué sabemos sobre este organismo marino?
Aunque muchos la confunden con una medusa, la fragata portuguesa –también conocida como carabela portuguesa– es un hidrozoo del orden de los sifonóforos: una colonia de organismos que trabajan en conjunto.
Su “vela” gelatinosa, que brilla bajo el sol, es solo la punta de un iceberg biológico. Bajo el agua, decenas de pólipos y medusas en simbiosis forman tentáculos que pueden superar los 50 metros de largo, armados con células urticantes llamadas nematocistos.
¿Lo preocupante de estos organismos? Biólogos advierten sobre el peligro que representan sus tentáculos, capaces de paralizar a sus presas, y no solo, puesto que su veneno además de ser una herramienta de caza, sirve de mecanismo de defensa que nos hace mantener la distancia.
¿Dónde y cuándo aparecen?
La fragata portuguesa (Physalia physalis) habitualmente habita aguas más cálidas, como en el Caribe o en el Océano Atlántico. Debido a las alteraciones meteorológicas temporales por fenómenos como El Niño –donde se modifican temperatura superficial del mar y varía la dirección de vientos– las fragatas han aparecido de forma frecuente en Isla de Pascua.
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La pregunta es porqué llegan también a las costas de Chile continental. Ya sabemos que su aparición es más común en aguas cálidas. No obstante, desde el verano de 2014 hasta la actualidad, se ha observado con regularidad en las playas que van desde la región de Arica hasta Los Lagos.
En los últimos años, también han aparecido en el extremo sur, y esto es algo alarmante: de un hecho esporádico, podría volverse cada vez más frecuente.
La temporada crítica va de diciembre a marzo, coincidiendo con el turismo masivo. Este verano, ya se han registrado varamientos en Caldera, Tongoy y Quintay, lo que ha llevado a municipios a desplegar banderas de alerta y capacitaciones para guardavidas.
Picadura: dolor invisible que no subestimemos
El contacto con sus tentáculos libera un cóctel de toxinas que provocan una serie de alteraciones corporales:
- Dolor agudo, similar a una quemadura.
- Marcas rojizas con forma de latigazo.
- En casos graves, náuseas, fiebre o dificultad respiratoria.
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En Meteored, les compartimos algunos tips para disfrutar la playa sin sobresaltos:
- Obsérvala, no la toques: Su flotador azul violáceo es hipnótico, pero resiste la tentación de acercarte.
- Atención a las banderas: Si hay avisos de fragatas, evita nadar. ¡Mejor date un chapuzón en la piscina!
- Primeros auxilios con cabeza: Lava la zona con agua de mar (nunca dulce), retira restos con una tarjeta o guantes, y acude a un centro médico.
- Protege a los más pequeños: Enséñales a reconocerla como “la medusa que pica” y supervísalos en la arena.
- Conviértete en ciudadano científico: Si ves una, repórtala a salvavidas o mediante apps como iNaturalist.
El mar es de todos: cuidémoslo con respeto
Más allá del miedo, la fragata portuguesa nos invita a maravillarnos. Es un recordatorio de que el océano no es solo un espacio de recreación, sino un ecosistema lleno de interconexiones.
Así que, mientras te untas bloqueador y eliges tu quitasol, recuerda: el verano chileno es mágico, pero exige complicidad con la naturaleza. Comparte estos tips, cuida a tus compañeros de playa y déjate sorprender —con prudencia— por los secretos que el mar sigue guardando.
¿Y tú? ¿Has sido testigo de la danza azul de las fragatas?