La increíble riqueza de biodiversidad de Panteleria, un jardín en medio del mar entre África y Europa
A pesar de la ausencia de manantiales importantes, esta isla italiana es un verdadero cofre de biodiversidad, debido a la gran cantidad de especies vegetales que crecen de forma espontánea. Algunos de ellos son verdaderamente valiosos.
Además de ser una de las islas más bellas del Mediterráneo, Panteleria representa ese ejemplo de lugar donde las personas y la naturaleza han colaborado durante siglos, rediseñando continuamente el paisaje. Al estar en el corazón del Canal de Sicilia, entre Túnez y Sicilia, es un lugar muy salvaje, constantemente azotado por el viento.
En la isla, dado el peculiar microclima, crecen numerosas especies botánicas, como alcaparras, lentisco, mirto y romero. Pero Panteleria es conocida en todo el mundo por sus magníficos viñedos, cultivados con la práctica agrícola de cultivar la vid joven, que se ha convertido en patrimonio inmaterial de la humanidad.
Una rica biodiversidad vegetal
A pesar de la ausencia de manantiales importantes, la isla es un verdadero cofre de biodiversidad, debido a la gran cantidad de especies vegetales que crecen de forma espontánea. Algunos de ellos son verdaderamente valiosos.
Esto también fue facilitado por el ingenio de las personas que han habitado la isla a lo largo de los siglos, creando técnicas muy particulares, especialmente en lo que respecta al no desperdicio de los recursos hídricos
El agua que hace que Panteleria sea fértil y verde es la que se recoge, cada vez que llueve, en las cisternas conectadas a los tejados redondeados y lisos de los dammusi, las casas típicas de Panteleria. Luego están los muros de piedra seca que los agricultores utilizan para sostener las terrazas que albergan los distintos cultivos.
Las viñas de Panteleria
La reina de los cultivos de Pantelleria es la uva Zibibbo que, tras secarse al Sol y desvincularse, es transformada en vino passito por empresas pertenecientes al Consorcio Voluntario para la Protección y Valorización de los vinos DOC de la Isla de Panteleria.
La vocación vitivinícola de Panteleria hace que el mes de septiembre, que es el mes de la vendimia, sea el mejor para visitar la isla, dado que en estas latitudes (a un paso de Túnez) el clima es cálido hasta octubre.
El famoso cultivo de plantones, con las vides creciendo cada una en su propia cuenca y los racimos bordeando el terreno, es una práctica única en la elaboración del vino.
La característica de los jardines de Panteleria
La isla, al estar en medio del Canal de Sicilia —donde se produce un fenómeno de canalización del viento—, suele verse azotada por vientos muy fuertes, sobre todo cuando sopla el siroco, el ponente o el mistral. no es raro que las velocidades puedan superar los 100 km/h, con rachas capaces de alcanzar picos de más de 130/140 km/h en los puntos más expuestos.
Por este motivo, los jardines de Panteleria son auténticos búnkeres, con una única y estrecha abertura para acceder a ellos y pequeñas aberturas secundarias para permitir el paso del agua de lluvia, para defender algunos árboles de cítricos, antaño particularmente valiosos para la población, ya que se utilizaban como medicinas debido a su concentración de vitaminas.
Una fauna que se ve afectada por su proximidad a África
Incluso desde el punto de vista faunístico, Panteleria representa un verdadero laboratorio natural al aire libre. Recientemente se ha descubierto que la isla se ve muy afectada por su proximidad a la costa tunecina, con la presencia de diversas especies de animales procedentes del continente africano.
Cabe hacer especial referencia a la culebra de herradura, de nombre científico Coluber hippocrepis, una especie procedente del Mediterráneo occidental (ibérico-sardino-magrebí) que, tras migrar desde Túnez, se instaló primero en Cerdeña y posteriormente en Panteleria, donde evolucionó la subespecie nigrescens. Además se han encontrado varias especies de lagartos de origen africano.
Aún más increíble es la avifauna, dado que la isla está situada en el corredor migratorio entre África y Europa. Entre otoño y primavera se pueden observar algunas especies muy raras, buscadas por ornitólogos de toda Europa, como el halcón reina o el milano negro.
De particular valor es la zona forestal presente en la parte alta de la isla, en la Montaña Grande, donde nidifica el colorido herrerillo común argelino (Cyanistes teneriffae) con la subespecie ultramarinus.