La Niña 2025: ¿Cómo llegamos hasta aquí?

Tras meses pronosticándolas, condiciones La Niña están presentes en el Pacífico ecuatorial. Una larga espera que nos hace recordar que los pronósticos climáticos no siempre funcionan como lo esperamos.

Anomalías SST
Anomalías de temperatura superficial del mar para el día 24 de enero de 2024. Fuente: NOAA Coral Reef Watch.

A principios de enero, la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) anunciaba que el Océano Pacífico presentaba condiciones La Niña y que se espera se mantengan hasta el trimestre marzo-mayo (MAM) con un 60% de probabilidad.

Como se puede ver en la imagen anterior, el Pacífico ecuatorial está más frío de lo normal, especialmente en la zona del Niño 3.4. Probablemente estemos en presencia de un evento La Niña de Pacífico Central o llamada Modoki, ya que la costa sudamericana parece no estar tan fría como la zona central.

Pero más allá de esta discusión técnica que podremos tener en un par de semanas más, cuando el evento se vaya desarrollando, una cosa interesante de este evento La Niña en particular, es que fue un evento muy anunciado y que se terminó presentando mucho después de lo que los modelos pronosticaban.

Un evento que se hizo esperar

Desde comienzo de 2024, cuando El Niño hacía su retirada, los modelos de pronóstico climático comenzaron a dar señales de que un evento La Niña estaba en el horizonte.

La siguiente figura muestra la evolución de los pronósticos (en líneas de colores) y de las observaciones (en línea negra) de la anomalía de temperatura superficial del mar en la zona Niño 3.4 desde el trimestre MAM de 2023 hasta mayo-junio (MJJ) 2025 (observaciones sólo hasta octubre-diciembre (OND) 2024).

Pronósticos ENSO
Pronósticos de ENSO emitidos por IRI-Columbia con diversos modelos climáticos (izquierda). Derecha, pronóstico emitido en marzo y agosto 2024. En el pronóstico de marzo, se esperaba que La Niña se presentara en invierno. En agosto, ese panorama ya había cambiado.

Después el peak de El Niño, por allá en OND-NDJ de 2023-2024, los modelos comenzaron a pronosticar un enfriamiento rápido. Cosa que fue muy en fase con las observaciones, al menos hasta el trimestre MAM de 2024.

Posterior a ese trimestre, los modelos comenzaron a pronosticar condiciones tipo La Niña, cosa que como ahora sabemos, no se concretó y poco a poco fueron retrasando su llegada hasta el trimestre OND de 2024. Si vemos la dispersión de la pluma de pronósticos, hay una gran dispersión posterior a MAM 2024.

Esta sobreestimación del enfriamiento puede estar relacionada con la "Barrera de Predictibilidad": un periodo, en el otoño del hemisferio sur, en que los modelos pierden habilidad para pronosticar El Niño. Pero también es cierto que el enfriamiento que se venía observando desde NDJ 2023-2024se volvió más lento desde AMJ 2024. ¡Algo cambió! Quizás, si el enfriamiento continuaba con la misma rapidez, La Niña sí se habría establecido durante el invierno pasado.

Un pulso tras otro

Desde comienzos de 2024 que tanto el océano como la atmósfera ecuatorial en el Pacífico, han dado muestras de una transición hacia un estado La Niña. A juzgar por los pulsos fríos u Ondas Kelvin de afloramiento (marcadas con KW en la siguiente imagen). Son cinco los pulsos fríos que han ocurrido desde enero 2024, siendo el segundo uno de los más intensos.

Ondas Kelvin
Evolución de las anomalías de calor en el océano superior (izquierda) y anomalías de viento en 850 hPa (derecha), en el Pacífico ecuatorial entre enero 2024 y enero 2025. Fuente NOAA, NCEP-NCAR.

Este pulso frío (KW n°2) ocurrió entre marzo y abril de 2024, solo unas semanas después de un primer pulso frío (KW n°1). Ambos estuvieron asociados con una disminución en la intensidad de los vientos ecuatoriales del este (zonas de color verde en el panel derecho de la figura). Estos dos pulsos, fueron el gatillante de la alta seguridad que tenían los modelos (y también nosotros los climatólogos) para pensar que La Niña llegaría en invierno de 2024.

Sin embargo, después del KW n°2, no hubo mucha actividad. Recién en julio tuvimos un nuevo pulso frío (KW n°3), y otro en septiembre (KW n°4), pero ambos de menor intensidad. No fue hasta diciembre, cuando un quinto e intenso pulso frío (KW n°5) fue lo que le faltaba al sistema para generar -ahora sí- condiciones La Niña.

La pausa de actividad entre mayo y julio de 2024 probablemente fue clave para la no llegada de La Niña en el invierno austral de 2024. ¿Qué pasó durante ese periodo? Será algo que deberemos mirar con detención si queremos aprender a pronosticar de mejor manera los eventos La Niña en el futuro.

Noticias de referencia

NOAA. Actualización de enero de 2025: La Niña está aquí

Climate Prediction Center. El Niño Oscilación del Sur (ENSO) Discusión diagnóstica