Los 7 errores fatales al empezar un huerto en casa y cómo solucionarlos
Cultivar tus propios alimentos es una experiencia gratificante, pero algunos errores pueden arruinar tu huerto antes de que despegue. Descubre los más comunes y aprende cómo evitarlos.

Iniciar un huerto en casa parece sencillo, pero muchos principiantes caen en trampas que pueden hacer que sus cultivos fracasen. La falta de planificación, errores en el riego o una mala elección de plantas pueden hacer la diferencia entre una cosecha abundante y un huerto que no prospera.
Afortunadamente, cada problema tiene solución. A continuación, te mostramos los errores más comunes y cómo corregirlos antes de que sea demasiado tarde.
1- Elegir una ubicación incorrecta y no rotar los cultivos
Un huerto necesita al menos 6 horas de sol directo al día para que las plantas crezcan sanas. Colocarlo en un área con sombra o donde no haya suficiente luz debilita los cultivos y reduce su producción.
Otro problema común es sembrar los mismos cultivos en el mismo sitio cada temporada, lo que agota los nutrientes del suelo y favorece la aparición de plagas y enfermedades.
- Solución: evalúa la orientación de tu patio o balcón antes de sembrar. Si el sol es escaso, opta por cultivos que toleren menos luz, como lechugas o espinacas, y cambia las hortalizas de lugar cada temporada para mantener un suelo fértil y equilibrado.
2- No preparar bien el suelo
Las plantas necesitan un suelo rico en nutrientes para crecer. Usar tierra compacta o pobre en materia orgánica puede limitar el desarrollo de las raíces y reducir la producción.

Además, un suelo mal preparado dificulta la retención de humedad y la aireación, afectando la salud de los cultivos.
- Solución: antes de sembrar, mejora el suelo con compost o humus de lombriz. Si es posible, aplica una capa de mulch para conservar la humedad, proteger las raíces y mejorar la fertilidad del suelo con el tiempo.
3- Falta o exceso de riego
El riego es clave, pero un exceso puede provocar hongos y pudrición, mientras que la falta de agua debilita las plantas, haciéndolas más vulnerables a enfermedades y plagas. Además, regar en horarios inadecuados puede hacer que el agua se evapore rápidamente o genere condiciones favorables para enfermedades fúngicas.
- Solución: averigua las necesidades de cada cultivo y usa técnicas como el riego por goteo para mantener una humedad equilibrada. Riega temprano en la mañana o al atardecer para evitar la evaporación excesiva y aprovechar mejor el agua.
4- Sembrar demasiadas plantas en poco espacio
La emoción de tener un huerto puede llevarte a sembrar muchas plantas juntas, pero esto limita su crecimiento, impide una correcta circulación de aire y favorece plagas y enfermedades.

Además, las raíces compiten por agua y nutrientes, lo que debilita los cultivos y reduce la producción.
- Solución: respeta la distancia recomendada entre plantas. Si tienes poco espacio, opta por cultivos verticales o macetas para optimizar el área disponible. También puedes usar asociaciones de cultivos compatibles para maximizar la producción sin perjudicar el desarrollo de las plantas.
5- No elegir las plantas adecuadas para la temporada
No todas las hortalizas crecen bien en cualquier época del año. Sembrar tomates en invierno o espinacas en pleno verano es garantía de fracaso. Las condiciones climáticas afectan la germinación y el desarrollo de las plantas, haciendo que algunas especies no prosperen en ciertos momentos del año.
- Solución: infórmate sobre los cultivos de cada estación y planifica siembras escalonadas para aprovechar al máximo cada temporada. También puedes usar pequeños invernaderos o mantas térmicas para extender la producción de ciertos cultivos más allá de su temporada habitual.
6- No proteger las plantas del clima y las plagas
El clima y las plagas pueden ser los peores enemigos de un huerto. Vientos fuertes pueden quebrar los tallos de las plantas más delicadas, mientras que las heladas pueden quemar las hojas y frenar el crecimiento. Además, insectos como pulgones, trips o babosas pueden invadir rápidamente el huerto si no se toman medidas a tiempo.
- Solución: protege tus plantas del viento y las bajas temperaturas con invernaderos caseros, túneles de plástico o mallas de sombra según la estación. En caso de plagas, mantén una vigilancia constante y aplica soluciones preventivas como rotación de cultivos, asociaciones beneficiosas y repelentes naturales.
7- Errores al hacer los almácigos
Muchos principiantes fallan en la etapa de los almácigos, ya sea por usar un sustrato inadecuado, sembrar las semillas a demasiada profundidad, no darles suficiente luz o calor, o incluso iniciarlos demasiado pronto cuando las condiciones aún no son óptimas para que germinen. Todo esto puede hacer que las semillas no broten o que las plántulas crezcan débiles.
- Solución: usa un sustrato ligero y aireado para almácigos, siembra las semillas a la profundidad recomendada para cada especie y colócalas en un lugar cálido con buena luz. También es importante calcular bien los tiempos de siembra para que las plántulas estén listas en el momento adecuado para trasplantarlas.