Los latigazos hidroclimáticos, algo nuevo a tener en consideración
Un aspecto importante de la variabilidad climática son las transiciones entre periodos de polos opuestos. Los latigazos hidroclimáticos, fueron definidos para estudiar estas transiciones cuando son muy extremas y perjudiciales.
Un aspecto fundamental en el estudio del clima de una región es la variabilidad natural. Son los márgenes que tiene el clima en un lugar determinado. En el caso de la precipitación anual acumulada, sería el rango que ha tenido durante un periodo largo de estudio.
Por ejemplo, si miramos el caso de Santiago, vemos que la mayoría de los años han tenido una precipitación anual acumulada entre 200 y 300 mm; sin embargo, hay algunos años en que eso ha sido mucho menor o mucho mayor. A ese amplio espectro le llamaremos (por ahora) variabilidad natural.
Mucho se han estudiado los extremos. En el caso de Santiago, se sabe que los años secos estás relacionados con La Niña y los años lluviosos con El Niño. Por supuesto que esta es una simplificación y que cuando se han estudiado los años extraordinarios, es mucho más difícil encontrar explicaciones sencillas.
Sin embargo, poco se sabe de las transiciones bruscas; cuando se pasa de un año muy lluvioso a un muy seco o viceversa: los latigazos hidroclimáticos.
Latigazos hidroclimáticos en el registro histórico
El concepto de latigazo hidroclimático (whiplash, en inglés), se ha introducido con la intención de estudiar las transiciones seco-húmedo o húmedo-seco que se dan en un intervalo corto de tiempo. Por ejemplo, que un año sea muy lluvioso y el año siguiente sea muy seco.
Esto tiene particular relevancia. Si miramos el caso de seco a húmedo; el suelo puede perder su capacidad de retener agua luego de un periodo extremadamente seco y las inundaciones pueden ser más probables en el periodo lluvioso siguiente.
Por el contrario, si miramos el caso húmedo-seco, se podrían favorecer los incendios, si la temporada seca es además muy cálida, porque habría mayor combustible vegetal producto del periodo lluvioso antecesor.
Dependiendo de cómo se defina que es un año lluvioso y un año seco, se encontrarán más o menos episodios de latigazo. En un ejercicio sencillo, mirando aquellos años que están en el 10% de los más lluviosos (marcados en puntos azules) y en el 10% de los más secos (marcados en puntos rojos) se pueden identificar varios latigazos hidroclimáticos en Santiago.
Uno de los más memorables es el ocurrido entre el extremadamente lluvioso 1997, inducido por El Niño, y el extremadamente seco 1998, influenciado por La Niña. Como ese, hay varios ejemplos en el registro histórico.
El rol del cambio climático
Por supuesto, como en casi todo en el clima, el cambio climático tiene algo que decir. Desde la definición de variabilidad natural, que puede variar con el tiempo en un clima no estacionario, hasta la frecuencia de los latigazos hidroclimáticos.
Un estudio reciente, publicado en la revista Nature Climate Change, mostró que en California, una zona que posee un clima bastante similar a Chile central, los latigazos hidroclimáticos han aumentado producto del cambio climático. Además, a medida que el planeta se caliente más, más frecuentes se harán. Lo que podría aumentar la vulnerabilidad de esa región.
Que el mismo fenómeno esté sucediendo en Chile central es incierto. A primera vista pareciera que no, sin embargo, los lluviosos 2023 y 2024 en medio de la Megasequía, quizás sí se puedan considerar un latigazo hidroclimático. Quizás en el futuro sea más frecuente también.
Si bien eso no lo sabemos por ahora, será importante incorporar este concepto a nuestro vocabulario climático y estudiarlo detalladamente.