Los témpanos son fundamentales en la evolución de las eras glaciales
El derretimiento de un témpano de la Antártica puede desencadenar una serie de mecanismos que harían con que la Tierra sufra períodos largos de calentamiento global, segundo indica un investigador del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra. ¡Te contamos más aquí!
Hace mucho que se sabe que las variaciones en la órbita de la Tierra, a medida que se mueve alrededor del Sol, pueden dar comienzo y fin a periodos glaciares, dado que este proceso afecta la cantidad de radiación solar que llega a la superficie del planeta. Sin embargo, hasta ahora, la interrogante de cómo estas pequeñas variaciones en la energía solar que llega a la Tierra pueden originar cambios tan drásticos en el clima del planeta, era un misterio.
En este reciente estudio publicado en la revista Nature, un grupo de investigadores de varios países sugieren que, cuando la órbita de la Tierra está "como debería", los témpanos que se desprenden de la Antártica comienzan a derretirse cada vez más lejos de este continente, moviendo grandes volúmenes de agua dulce del Océano Antártico hacia el Atlántico.
Este proceso hace con que el Océano Antártico quede cada vez más salado, mientras que el Océano Atlántico se vuelve más dulce, afectando así los patrones de circulación general oceánica, retirando CO2 de la atmósfera, y consecuentemente, reduciendo el efecto invernadero. Resumiendo, estas son las etapas iniciales que pueden marcar el comienzo de una era del hielo en el planeta.
El estudio
Los investigadores utilizaron varias técnicas de reconstrucción de las condiciones oceánicas del pasado, incluyendo la identificación de pequeños fragmentos de roca que se desprendieron de los témpanos de la Antártica, a medida que se derretían en el océano.
Esos depósitos se obtuvieron desde núcleos de sedimento marino recuperados por el Programa Internacional para el Descubrimiento de los Océanos (IODP) durante la expedición 361, por las costas de África del Sur. Estos núcleos de sedimentos les permitieron a los científicos reconstruir la historia de los témpanos que alcanzaron esas latitudes en el último millón y medio de años, siendo este, uno de los registros más extensos ya conocidos.
A lo largo de los últimos 3 millones de años, la Tierra comenzó a experimentar un calentamiento glaciar periódico. Durante el episodio más reciente (Glaciación Würm), hace unos 20 mil años, los témpanos provenientes del Ártico alcanzaron las costas atlánticas de la Península Ibérica. Actualmente, el planeta pasa por un periodo interglaciar cálido.
Sin embargo, el aumento progresivo de la temperatura global, asociado a las emisiones industriales de CO2, puede afectar el ritmo natural de los ciclos glaciares. O sea, el Océano Antártico podría volverse demasiado caliente para que los icebergs sean capaces de transportar agua dulce para el Atlántico y, de esta forma, una de las etapas fundamentales para el comienzo de una era del hielo —la variación en la circulación termohalina— no ocurriría.