¿Por qué nos dan ganas de hacer pipí cuando hace frío?
Si vas más seguido al baño cuando hace frío no deberías preocuparte por tu vejiga, ya que tener muchas ganas de hacer pipí es un mecanismo de defensa para sobrevivir a las bajas temperaturas.
Desde muy pequeños aprendemos que si andamos descalzos sobre el piso frío, o si dormimos destapados, es más probable que nos hagamos pipí en la cama. Muchos no saben la causa, incluso creen que es un mito que se transmite de generación en generación, pero esta relación entre las ganas de hacer pipí y las temperaturas es tan real que existe numerosa bibliografía al respecto.
Ir más seguido a orinar cuando hace frío es algo completamente natural en las personas, y tiene un nombre: en medicina este mecanismo se conoce como diuresis inducida por frío. Hay varias razones que hacen que esto suceda y actúan simultáneamente, y todas ellas se activan para salvarnos la vida en caso de frío extremo.
Las ganas de orinar se originan, en primer lugar, porque nuestro cuerpo no está tan dilatado como en verano. ¿Notaste que cuando hace calor tenemos las manos y los pies más hinchados que en invierno? Los vasos sanguíneos se contraen con el frío para dirigir la sangre a los órganos vitales, como el corazón, los pulmones o los riñones, e irrigan menos a las extremidades. ¿Y sabías que esta también es la causa de que las manos y los pies sean lo primero que se enfría? Claro, porque la sangre también se encarga de distribuir el calor corporal. Pero no nos vayamos del tema.
Que se contraigan los vasos sanguíneos significa que va a aumentar nuestra presión sanguínea, ya que circula la misma cantidad de sangre pero en espacios más reducidos. Los riñones perciben este cambio, y para regular la presión, comienza a eliminar los fluidos que no son tan necesarios. Entre ellos, el agua. El líquido se produce a mayor velocidad y se almacena en la vejiga, que nos avisará cuando esté llena de orina enviando al cerebro esa señal de que necesitamos evacuar.
En caso de frío extremo, eliminar líquido se vuelve una situación de vida o muerte, y por eso no solo orinamos más, sino que también comenzamos a sudar. Esto se debe a que el agua tiene una capacidad calorífica elevada, lo que quiere decir que a cada gramo de agua hay que darle mucha energía para aumentar su temperatura. Y ante el peligro de hipotermia, lo más inteligente es activar todos los mecanismos para deshidratarnos, ya que retener el agua hace que nuestro cuerpo se caliente menos.