Narval, el extraordinario unicornio marino de misteriosos colmillos y muy difícil de observar

No son parientes de los caballos ni tienen el pelo con los colores del arcoíris. Se trata del narval, un mamífero marino que vive en el Ártico y que alimentó las historias sobre la criatura mitológica desde la Edad Media.

El narval mide de 3,8 a 5 metros de largo y pesa entre 1000 y 1600 kg.
El narval mide de 3,8 a 5 metros de largo y pesa entre 1.000 y 1.600 kg.

Monodon monoceros es el nombre científico del narval. Proviene del griego “monodon”, que significa “un diente” y “monoceros”, que quiere decir “unicornio”. Su denominación hace referencia a que desde fines de la Edad Media y durante el Renacimiento, se difundió que este mamífero marino, habitante de las aguas del Ártico, era la versión acuática de la mítica criatura con un cuerno en la frente.

Entonces se creía que ese “cuerno” en forma de espiral podía curar la epilepsia, fortalecer el corazón, purificar el agua e incluso mitigar algunos venenos. Por eso era codiciado por reyes y papas, que pagaban un alto precio por ellos, ignorando que se trataba de los colmillos helicoidales de narval que la gente encontraba en la costa de Rusia, Groenlandia o Canadá, y las llevaba a la ciudad.

Un diente que puede medir hasta dos metros

El narval es un cetáceo del mismo orden que las ballenas, pero de una pequeña familia que solo incluye a la beluga. Mide de 3,8 a 5 metros de largo y pesa entre 1.000 y 1.600 kg. Son animales muy longevos, que pueden vivir hasta 125 años.

Su característico cuerno es, en realidad, un colmillo de marfil que puede medir 2 metros y pesar 10 kilos. Es uno de los dos dientes que tienen los narvales. El derecho nunca sale de la encía, pero en el caso de la mayoría de los machos, el izquierdo emerge de la parte delantera de la mandíbula y no deja de crecer hasta la muerte del animal.

Los científicos aún no tienen evidencia concluyente sobre la utilidad del colmillo de narval.
Los científicos aún no tienen evidencia concluyente sobre la utilidad del colmillo de narval.

Este colmillo, que crece en espiral hacia la izquierda, es un elemento imprescindible para la especie. Garantiza su supervivencia en las aguas del Ártico, ya que tiene más de diez millones de conexiones nerviosas que le permiten detectar cambios en la temperatura, la salinidad y las partículas del agua.

Pero también se ha señalado que podría servirles para romper el hielo, que lo usarían como arpón para pescar, para cavar en el fondo del mar o como una ventaja al momento de aparearse. Sin embargo, la investigación no es concluyente.

Las hipótesis sobre la utilidad del “cuerno” del narval

Algunos estudios apoyan la idea de que el cuerno del narval está relacionado con una ventaja para encontrar pareja, ya que cuanto más largo es el colmillo, mayor es el tamaño de los testículos del macho, lo que podría vincularse con su aptitud reproductiva. A ello se suma el descubrimiento de colmillos rotos en narvales machos o trozos de ellos incrustados en la mandíbula, lo que sugiere que participan en peleas por las hembras.

Sin embargo, nunca se ha observado un encuentro agresivo entre ellos. Ni siquiera los inuit, los indígenas canadienses con los que comparten habitat y para quienes los narvales son una fuente de alimento. Aunque esto también puede estar relacionado con que la especie pasa gran parte del invierno bajo el hielo.

El colmillo sobresaliente se encuentra en la mayoría de los narvales machos.
El colmillo sobresaliente se encuentra en la mayoría de los narvales machos.

Lo que sí es claro es que ningún otro animal tiene un diente como este, no solo por el tamaño, sino porque el sistema nervioso del núcleo interno del colmillo se conecta directamente con el exterior. Lo que lo hace muy sensible al entorno y podría ayudarlos a sobrevivir a las duras condiciones del Ártico.

Los narvales dependen de los agujeros en el hielo para salir a respirar, por lo que es un peligro si estos se desplazan inesperadamente y quedan cubiertos, ya que pueden morir de agotamiento y hambre. Como ocurrió en 1915, cuando más de mil narvales quedaron atrapados bajo el hielo.

Se presume que su colmillo puede ser lo suficientemente sensible como para detectar cambios en la concentración de sal del océano, que queda en el agua circundante cuando ésta se congela. Eso no impide que también puedan usar su colmillo para aturdir peces, de vez en cuando.

La amenaza del cambio climático sobre los narvales

En la actualidad, hay aproximadamente 172.000 narvales nadando en el océano, y según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) no está entre las especies vulnerables. Sin embargo, como viven en una región tan aislada y peligrosa, hay mucho que no se sabe aún sobre ellos.

La disminución del hielo en el Ártico ha aumentado el número de barcos que usan esa vía.
La disminución del hielo en el Ártico ha aumentado el número de barcos que usan esa vía.

Los narvales solo viven cerca del Círculo Polar Ártico, en las frías aguas del norte de Canadá, Groenlandia y Rusia, donde el calentamiento del planeta está provocando la reducción del hielo.

Además, el derretimiento de los casquetes está permitiendo que más barcos naveguen por la zona, aumentando el riesgo de colisiones y produciendo ruido que interfiere en la comunicación de ballenas y narvales.

Fuentes y referencias de la noticia:
- IUCN
- World Wildlife
- IFAW
- Smithsonian