No es sinónimo de nieve: ¿cómo y por qué se forma el granizo?
Los granizos se asocian a las nubes de tormenta (truenos y rayos) y se pueden presentar en cualquier época del año, incluso, en los veranos. ¿Cuál es su diferencia con la nieve? ¿Cuál ha sido en pedrisco más grande documentado en el mundo?
Aunque ambos pertenecen a la familia de los hidrometeoros (partículas de agua en estado líquido o sólido), la nieve y los granizos son fenómenos distintos. ¿Por qué? Sólo un adelanto, por ejemplo, los granizos se pueden presentar con altas temperaturas en el verano; un ambiente imposible para concebir la nieve.
El granizo es un tipo de precipitación sólida (hielo), cuyo tamaño puede oscilar entre algunos milímetros hasta varios centímetros. El pedrisco que se puede presentar en cualquier estación del año, incluso, con altas temperaturas en la superficie como en los veranos o en zonas tropicales al nivel del mar.
El origen de los granizos
El granizo se gesta al interior de las nubes de tormenta (Cumulonimbus), una imponente nube de desarrollo vertical que puede superar los 10 kilómetros de altura y que es la responsable de arrojar potentes chubascos (precipitación intensa, de breve duración y que afecta un lugar determinado) y tormentas eléctricas por donde pasa en etapa de madurez.
“La humedad, el calor y otros factores dinámicos aportan en la formación de cúmulos de gran desarrollo vertical. Toda esta humedad asciende rápidamente impulsada por fuertes corrientes de aire que suben y que bajan. Al ascender, toda esa humedad se condensa formándose pequeñas gotas de agua; las que al pasar la línea de la isoterma 0, ya con temperaturas bajo cero, se solidifican formando hielo”, explica el meteorólogo, Luis Salazar.
¿Y por qué caen? “Ese hielo va creciendo en la medida que sigue ascendiendo al juntarse con otras gotas. Así, a gran altura, se forman bloques de hielo del tamaño de pelotas de tenis, e incluso, más grandes. Hasta que llega el punto en que cesa la corriente ascendente y empieza la de descenso. Al bajar, además atraída por la fuerza de gravedad, esa esfera de hielo, con el roce del aire, se va evaporando y perdiendo masa hasta que llega al suelo con menor tamaño”, ilustra el especialista.
El granizo más grande de todos
¡Increíble! ¿Sabes cuál ha sido el granizo más grande registrado en el mundo? Se anotó el 14 de abril de 1986 en el Distrito de Gopalganj, en Bangladesh, y pesó 1,02 kilogramos. Sí, más de 1 kilogramo pesó ese pedrisco en medio de una tormenta que le costó la vida a 92 personas, según los escritos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
¿Por qué se ven granizos cada vez más grandes, incluso, en Chile? Según Luis Salazar, en nuestro país, “estábamos acostumbrados a recibir granizos de un volumen menor a una bolita (polca o canica) en la superficie, pero ahora al contar con mayor inestabilidad y humedad, los granizos superan las dimensiones habituales”.
¿Y la nieve?
Para que precipite nieve necesitamos un ambiente frío y húmedo en la porción de la atmósfera más cercana a la superficie, es decir, temperaturas negativas, o a lo sumo, en muy condiciones especiales, 1 o 2 grados como mucho.
En simple, son las gotas de lluvia que se juntan con núcleos de condensación, partículas pequeñitas que están en el aire, como el polvo, por ejemplo, y que, al congelarse, forman los copos.
Si sube la temperatura, puede caer aguanieve, vale decir, los copos de derriten apenas tocan el suelo, y si la temperatura sube aún más, chao nieve y caen precipitaciones en estado líquido: lluvia.