¿Peligra el futuro de la observación astronómica mundial?
La cantidad de basura espacial y contaminación lumínica aumenta año tras año. ¿Qué le deparará a la observación astronómica desde la Tierra en el futuro? ¿Existirá algún tipo de solución para evitar estos obstáculos?
Observar el cielo nocturno ha sido una inspiración constante a través de la historia del ser humano, ha sido la cosmovisión de innumerables culturas. Sin embargo, la paradoja es que el mismo humano, con su desarrollo histórico, ha ido iluminando las noches y poblando el espacio con satélites en órbita, sumado a desechos espaciales.
La contaminación lumínica es el motivo por el cual un 80% de la población mundial no pueda observar el cielo nocturno con claridad. Por ejemplo la Vía Láctea, que en décadas pasadas era fácilmente identificable, ya no lo es tanto.
Entonces, tenemos dos problemas derivados para la observación astronómica y exploración espacial. El primero, es la contaminación lumínica en tierra, y el segundo, los satélites y escombros espaciales que brillan mucho, y son un potencial riesgo de choque en misiones espaciales.
Cielo nocturno cada vez más luminoso
Este efecto es algo que no podemos ignorar, ya que afecta la calidad de la observación astronómica. Además de alterar la práctica astronómica, la luz artificial —contaminación lumínica— también causa problemas en ecosistemas, ya que la biodiversidad requiere noches sin luz artificial.
El exceso de luz artificial representa un verdadero desafío para la sociedad astronómica. Que los cielos estén más brillantes implica que no se puede observar el cosmos en mayor detalle.
Este es uno de los motivos que se construyan observatorios en zonas apartadas de fuentes de contaminación lumínica, por ejemplo, el desierto de Atacama en Chile. Aun así, el crecimiento urbano e industrial constante, ponen en serio peligro la calidad de los cielos nocturnos.
Nuevo problema: exceso de satélites de órbita baja
Algunas empresas se han propuesto poner en órbita miles de satélites principalmente con finalidad telecomunicacional, entre ellas están SpaceX y Amazon. No obstante, los problemas para la calidad de los cielos nocturnos son:
- la luz solar reflejada en satélites ilumina el cielo oscuro;
- el exceso de ondas de radio que emiten y reciben los satélites;
- colisiones con escombros espaciales.
La cantidad de satélites en órbita actualmente aproxima los 8.000. Se estima que para fines de la presente década se pongan en órbita más de 100.000 satélites. Esto sumaría aún más brillo sobre los cielos nocturnos, bajando la calidad de los proyectos de observación astronómica.
Se proyecta que para el 2030 aumente el brillo de los cielos nocturnos un 7,5%, asociado a exceso de satélites de órbita baja, implicando peor calidad de imagen y más tiempo de uso de telescopios. Esto se traduce en mayores costos en la construcción y funcionamiento de los nuevos telescopios en tierra a nivel mundial.
El complejo escenario para los siguientes años, con exceso de brillo y escombros espaciales, implicaría grandes daños para la práctica de la astronomía profesional, por lo que se hace necesario que se tomen medidas mediante entidades internacionales, sumado a iniciativas legislativas locales, que protejan la calidad de los cielos, ya que son patrimonio de la humanidad.