Población urbana expuesta al calor extremo: realidad y desafíos

Actualmente el 55% de la población mundial, unos 4.200 millones de personas, viven en ciudades. Estudios recientes revelan la elevación acelerada de la temperatura en las urbes como consecuencia del fenómeno de la “isla de calor”. Conoce aquí lo que sucede hoy y qué esperar para las próximas décadas.

calor extremo
¿Qué desafíos tendremos que enfrentar en los próximos años, cuando se espera que para 2050 casi 7 de cada 10 personas vivirán en ciudades? ¿Habrá que adaptarse a más calor?

La Academia de Ciencias de Estados Unidos (NAS) divulgó a través del portal de su publicación Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), los resultados de una investigación de un conjunto de expertos de varias instituciones científicas estadounidenses, sobre el aumento de la exposición al calor extremo en los asentamientos urbanos.

El artículo expone el análisis de los datos de temperatura y población en 13.115 ciudades entre 1983 y 2016. Los resultados permitieron concluir que la mayor exposición al calor extremo en las ciudades está siendo ocasionada por la interacción de los efectos del cambio climático y el fenómeno conocido como “isla de calor”.

El estudio reveló que 1 de cada 5 habitantes del planeta experimentó el aumento del calor en las zonas urbanas en los últimos 30 años, lo que significa que se elevó en un 200% la exposición global a sus efectos, especialmente entre las personas más pobres y marginadas.

Esta realidad está amenazando la sostenibilidad de los asentamientos urbanos de rápido crecimiento en el mundo para las próximas décadas, los que deberán desarrollar con urgencia modificaciones específicas para proteger a sus habitantes de los efectos de las temperaturas extremas.

Cómo se llegó a esta conclusión (en pocas palabras)

Para cuantificar el calor extremo los investigadores utilizaron la métrica llamada “temperatura del bulbo húmedo” (WBGT), que tiene en cuenta los valores promedio de temperatura, humedad relativa, velocidad del viento y nivel de radiación solar. Este índice WBGT se obtuvo con la modelación a partir de los datos disponibles a nivel global de cada día del período comprendido entre 1983 y 2016.  Se fijó en 30 °C el umbral a la exposición al calor extremo, tomando en cuenta las recomendaciones de la Organización Internacional de Normalización que considera que temperaturas superiores a ésta suponen alto riesgo de enfermedades para los seres humanos.

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No sólo influye el crecimiento de temperatura local, también el incremento de población en el exceso de calor en las ciudades.

Superponiendo los valores del índice WBGT superiores a 30°C con los datos de la población urbana en la localidad en que se identificaron, se pudo formular una tasa del número de días - personas al año, expuestas al calor extremo, con una resolución de 0,05º de latitud por 0,05º de longitud.

Al aumento de esta tasa de exposición al calor extremo contribuyen tanto el crecimiento de la población urbana como la elevación de la temperatura local. El efecto térmico que se produce en las ciudades conocido como “isla de calor urbano” -por la extinción de la vegetación y el aumento de la presencia de materiales que retiene el calor como el asfalto y el cemento- están incidiendo notablemente en que los habitantes de las grandes urbes sean cada vez más afectados por altas temperaturas.

En esta investigación se han identificado a 25 asentamientos urbanos en los que se registran temperaturas extremas, como los responsables de una cuarta parte del cambio climático global.

Iniciando la segunda década del milenio, las ciudades más afectadas por el calor extremo son Dacca, en Bangladesh; Shanghai Guangzhou, en China; Yangon, en Myanmar; Bangkok, en Tailandia; Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos y Hanoi, en Vietnam. Pero este fenómeno va en ascenso por múltiples factores económicos y sociales que están incidiendo en el desplazamiento de los grupos humanos hacia las grandes metrópolis.

Establecer estrategias globales para revertir esta situación y paliar los efectos negativos en las personas más vulnerables en cada ciudad, pueden hacer la diferencia en un mundo cada vez más cálido.