¿Por qué algunos animales se fosilizaron mientras otros desaparecieron?

Nuevo estudio señala que tanto el tamaño del animal como la química pueden intervenir en que un cuerpo se preserve por millones de años.

Fósil de tiranosaurio rex
Fósil de tiranosaurio rex.

Los fósiles son más que huesos, de hecho, el cuerpo fosilizado más antiguo es de una cianobacteria. Un organismo de solo una célula de 3.700 millones de años. ¿Cómo es posible que pueda conservarse un tejido tan delicado y que no estemos rodeados de más huesos antiguos? ¿De qué depende que se preserven?

Investigadores de la Universidad de Lausanne, Suiza, revelaron que parte de la respuesta radica en el propio cuerpo. El estudio, publicado en Nature Communications, señala que el tamaño del animal y la composición química de un organismo influyen de manera decisiva en su capacidad para conservarse durante millones de años o desaparecer.

El tamaño importa para la fosilización

Durante mucho tiempo los científicos se han preguntado por qué solo ciertos animales y órganos logran fosilizarse bajo estas condiciones. Para resolver esta duda, el equipo de investigadores de la Universidad de Lausanne realizó experimentos de descomposición controlada, analizando cómo se degradaban los organismos. Probaron con camarones, caracoles, estrellas de mar y planarias (gusanos) en ambientes controlados.

Camarón fósil del Cretácico de Jbel Oum Tkout, Marruecos
Camarón fósil del Cretácico de Jbel Oum Tkout, Marruecos, registrado en el Museo de Historia Natural de Marrakech. Imagen: UNIL.

Los investigadores utilizaron microsensores para monitorear el entorno químico a medida que los cuerpos se descomponían. Descubrieron que los animales más grandes y aquellos con mayor contenido proteico tienden a generar condiciones de baja oxigenación (o reductoras) con mayor rapidez.

Estas condiciones son cruciales para la fosilización, ya que ralentizan la descomposición y desencadenan reacciones químicas como la mineralización o la sustitución de tejidos por minerales más duraderos.

“Esto significa que, en la naturaleza, dos animales enterrados uno al lado del otro podrían tener destinos fósiles muy distintos, simplemente por diferencias de tamaño o composición química corporal”, afirmó Nora Corthésy, estudiante de doctorado y una de las autoras del estudio. “Uno podría desaparecer por completo, mientras que el otro podría inmortalizarse en piedra”, añadó Farid Saleh, otro de los investigadores.

Según el estudio, animales como los grandes artrópodos (insectos, arácnidos, crustáceos, entre otros) tienen más probabilidades de conservarse que los pequeños gusanos. “Esto podría explicar por qué las comunidades fósiles que datan de los períodos Cámbrico y Ordovícico (hace unos 500 millones de años) están dominadas por artrópodos”, señaló Corthésy.

Es solo una de las condiciones

De acuerdo a la investigadora, al estudiar la preservación en el laboratorio, es posible distinguir entre ausencias ecológicas y de preservación en el registro fósil. “Si un animal se desintegra rápidamente, es probable que su ausencia se deba a una mala preservación. Si se desintegra lentamente, es más probable que su ausencia sea ecológica, es decir, una verdadera ausencia del ecosistema original”, dijo.

Fondo prehistórico de un océano con varias fósiles
Primer plano de un fondo prehistórico de un océano con varios fósiles de Ammonoidea, animales moluscos y otras diversas conchas y caracolas marinas.

El estudio muestra que los organismos más grandes y ricos en proteínas tienen mayor probabilidad de preservarse y convertirse en fósiles, por lo que plantean la hipótesis de que los organismos más pequeños y menos ricos en proteínas, podrían no haberse fosilizado por razones de preservación.

“Es posible que algunos organismos nunca se hayan preservado y que nunca, o solo con gran dificultad, podamos observarlos. Sin embargo, todo esto sigue siendo hipotético, ya que no podemos retroceder millones de años en el tiempo para confirmar con exactitud qué vivió en estos ecosistemas antiguos”, aseguró.

La investigadora explicó que saber cuánto influyen las condiciones climáticas es complejo de analizar, ya que es casi imposible replicarlas en el laboratorio. “Sin embargo, sabemos que ciertos sedimentos pueden facilitar la preservación de la materia orgánica, lo que proporciona pistas sobre qué depósitos son los más favorables para el hallazgo de fósiles”, sostuvo.

“También sabemos que factores como la salinidad y la temperatura influyen en la preservación. Por ejemplo, una alta salinidad puede aumentar el potencial de preservación de un organismo, ya que grandes cantidades de sal ralentizan la descomposición de forma similar a las bajas temperaturas”, agregó.

Este nuevo estudio se centra únicamente en el efecto de la materia orgánica y el tamaño del organismo, por lo tanto, es un indicador entre otros, y queda mucho por hacer para comprender el impacto de las diversas condiciones naturales en la preservación de fósiles.

Referencias de la noticia:

- Artículo en Nature Communications. Taxon-specific redox conditions control fossilisation pathways.

- Nota de prensa Universidad de Lausanne. Why did some ancient animals fossilize while others vanished?