¿Por qué aparecen padrastros en las uñas? Consejos expertos para prevenirlos y cuidar tus manos

Esa pequeña tira de piel levantada junto a la uña, que parece surgir de la nada para recordarnos su existencia con un dolor punzante, tiene nombre: padrastro. Pero, ¿por qué aparecen? ¿Podemos evitarlos? Aquí desvelamos las claves para mantener las manos saludables.

padrastros uñas
Más allá de la incomodidad, estos mini desgarros pueden convertirse en una molestia recurrente o incluso derivar en infecciones si no se tratan adecuadamente.

Los padrastros no son un problema de las uñas, sino de la piel que las rodea. Según especialistas en dermatología, la zona periungueal —el área que bordea la uña— es especialmente sensible a la sequedad y los microtraumas. Cuando la piel pierde su elasticidad natural, cualquier movimiento brusco o roce puede causar un desgarro.

Causas más frecuentes

Habitualmente, la exposición a agentes irritantes, como lavar platos sin guantes, usar productos de limpieza agresivos o sumergir las manos en agua por largos periodos debilita la barrera cutánea genera los padrastros. Además, influye el clima frío o ambientes secos: el aire invernal, los cambios bruscos de temperatura y la baja humedad resecan la piel.

Si nos mordemos las uñas o manipulamos las cutículas, como parte de un hábito nervioso, esto daña la estructura de la uña y desprotege la piel circundante. Por otro lado, las deficiencias nutricionales generan problemas: aunque menos frecuente, la falta de vitaminas como la biotina (B7) o minerales como el zinc puede volver la piel más frágil.

Prevención: hidratación, protección y pequeños gestos que marcan la diferencia

La buena noticia es que, con ajustes simples en la rutina diaria, es posible reducir la aparición de padrastros. Expertos en cuidado dermatológico coinciden en estos consejos:

  • Hidratación constante: La piel bien nutrida es menos propensa a romperse. Usa cremas de manos con ingredientes como urea, glicerina o manteca de karité, y aplícalas tras cada lavado. Por la noche, un aceite para cutículas (de almendras, coco o jojoba) reforzará la hidratación.
  • Guantes, el escudo invisible: Protégelas durante las tareas domésticas con guantes de goma, y en invierno, opta por modelos de tejido térmico para evitar la sequedad por frío.
  • No recortes las cutículas, cuídalas: Las cutículas actúan como un sello natural contra bacterias. En lugar de cortarlas, suavízalas con un palito de naranjo tras la ducha y empújalas con delicadeza.
  • Lima en lugar de cortar: Un borde irregular en la uña puede engancharse y tirar de la piel. Usa una lima suave y redondea las esquinas para minimizar riesgos.
  • Refuerza tu dieta: Alimentos ricos en omega-3 (salmón, semillas de chía), vitamina E (aguacate, espinacas) y zinc (lentejas, nueces) fortalecen la piel desde adentro.

¿Ya tienes un padrastro? Así debes tratarlo para evitar infecciones

Si la molestia ya está presente, la tentación de tirar de él puede ser grande, pero es el peor error. De acuerdo con la Cleveland Clinic, arrancarlo puede desgarrar piel sana, provocar sangrado o incluso una infección llamada paroniquia. En su lugar, puedes seguir estos pasos.

Primero, realiza una limpieza inicial, que implica lavar la zona con agua tibia y jabón neutro. Luego, ablanda la piel, sumergiendo el dedo en agua tibia con una pizca de sal durante 5 minutos para suavizar el padrastro.

cuidado manos
Las manos son nuestras herramientas más versátiles: trabajan, acarician, crean. Por eso, cuidarlas va más allá de la estética; es un acto de respeto hacia el cuerpo.

Después de esto, corta con precisión: usa un cortaúñas esterilizado (pásalo por alcohol) para eliminar solo la piel suelta, sin tocar el área adherida. Le sigue aplicar una pomada antibiótica y cubrir con un curita si el padrastro es grande.

Si notas enrojecimiento extendido, hinchazón o pus, consulta a un médico: podría requerirse un tratamiento con antibióticos tópicos u orales.

Pequeños gestos, como hidratar las manos cada noche o usar guantes al limpiar, no solo previenen padrastros, sino que reflejan una relación consciente con el bienestar integral. La próxima vez que notes esa piel rebelde junto a tu uña, recuerda: no es un enemigo, sino una señal de que tus manos piden atención.