¿Por qué las plantas de los pies y las palmas de las manos no se ponen morenas?

La piel de estas áreas tiene características únicas que la hacen prácticamente inmune al bronceado, pero esto no significa que no necesiten cuidados frente al sol

Manos y pies
El grosor de la piel en estas áreas actúa como una barrera natural que impide que los rayos UV alcancen los melanocitos y estimulen la producción de melanina.

Cuando pensamos en broncearnos, solemos imaginar todo nuestro cuerpo adquiriendo un tono dorado bajo el sol. Sin embargo, hay dos áreas que rompen esta regla: las plantas de los pies y las palmas de las manos.

Por más que pasen horas al sol, estas zonas apenas cambian de color. ¿Por qué? La respuesta está en su diseño único y sus funciones específicas.

Un escudo protector

La piel humana no es uniforme; cada región del cuerpo está adaptada para cumplir ciertas tareas. En el caso de las palmas y plantas, su grosor y estructura están diseñados para resistir el desgaste diario.

El principal motivo por el que estas zonas no se broncean es el grosor de su epidermis, que puede ser hasta tres veces mayor que en otras partes del cuerpo.

Este grosor actúa como una barrera que impide que los rayos ultravioleta (UV) alcancen los melanocitos, las células responsables de producir melanina, el pigmento que oscurece la piel al exponerse al sol.

Mientras que en áreas como el rostro o los brazos la piel permite que los rayos UV lleguen fácilmente a los melanocitos, en las palmas y plantas, la epidermis simplemente bloquea su paso.

Además, estas zonas tienen una menor densidad de melanocitos activos, lo que limita aún más la producción de melanina.

¿Debemos usar protectos solar para manos y pies?

Aunque las palmas y las plantas no se broncean, eso no significa que estén exentas de los daños del sol. Estas zonas también pueden sufrir quemaduras solares si no se protegen adecuadamente.

De hecho, son frecuentemente olvidadas a la hora de aplicar protector solar, lo que puede dejarlas expuestas a daños como enrojecimiento, irritación y, a largo plazo, envejecimiento prematuro.

Protector solar
Aunque las palmas y las plantas no se broncean, también pueden quemarse, envejecer prematuramente y, en casos extremos, desarrollar cáncer de piel, por lo que es fundamental aplicar protector solar.

El uso de protector solar en estas áreas es especialmente importante durante actividades al aire libre prolongadas, como caminar en la playa o hacer senderismo.

Además, la piel de las manos y pies, a pesar de su grosor, puede resecarse fácilmente debido al sudor y al contacto constante con superficies abrasivas, por lo que un cuidado extra es fundamental.

La piel, un diseño resistente y práctico

La estructura única de las palmas y plantas refleja la capacidad del cuerpo humano de adaptarse a las demandas físicas.

La piel en estas áreas es más gruesa y tiene un tipo de "almohadilla" natural que las protege del desgaste diario. Por ejemplo, en los pies, hay una capa extra de grasa que ayuda a absorber los impactos de cada paso que damos.

Sin embargo, estas adaptaciones tienen un costo: menos flexibilidad para procesos como el bronceado. Mientras que otras partes del cuerpo priorizan la producción de melanina para protegerse del sol, las palmas y plantas están más enfocadas en la protección física. Su epidermis, más gruesa y rica en queratina, las convierte en una barrera protectora, resguardando las estructuras sensibles de nuestro cuerpo.

Este es un ejemplo perfecto de cómo la evolución ha moldeado nuestra piel para adaptarse a diferentes funciones y entornos. Cada centímetro cuadrado de nuestra piel cuenta una historia única, revelando la complejidad y la maravilla del cuerpo humano.

Fuentes y referencias de la noticia:

- Eucerin. Comprendiendo la piel – En diferentes partes del cuerpo. Publicado en sección “acerca de la piel” de Eucerin México.