¿Por qué los científicos deberían tomar la iniciativa en la lucha climática?

Los científicos tienen el conocimiento, la influencia y la credibilidad para guiar eficazmente la acción climática. Un estudio reciente publicado en Nature Climate Change revela que deben superar obstáculos intelectuales y prácticos para maximizar su impacto.

cientistas en un laboratorio
Es hora de que los científicos trasciendan el marco académico e inviertan en el campo de la acción pública.

Los científicos suelen ser vistos como figuras confiables con autoridad moral e intelectual en la sociedad. Su experiencia les otorga una posición única para influir en los responsables políticos, las empresas y el público en general.

Sin embargo, el reciente estudio publicado en Nature Climate Change, realizado gracias a la colaboración internacional de investigadores multidisciplinares de varias universidades de Países Bajos, Suiza, Estados Unidos y Noruega, muestra que, a pesar de su potencial de influencia, muchos científicos aún dudan en comprometerse plenamente con el activismo climático.

Obstáculos intelectuales y prácticos

Muchos científicos ya están tomando medidas individuales, como reducir su huella de carbono personal, pero muchos menos participan en actividades de promoción o activismo.

Según el estudio de Dablander y sus colegas, basado en una encuesta entre más de 9.000 científicos en 115 países, estas "figuras en la sombra" se ven frenadas en particular por el miedo a comprometer su objetividad o por la falta de formación en comunicación y defensa.

Las barreras intelectuales incluyen ideas preconcebidas sobre el papel de los científicos en la sociedad. Algunos ven su deber limitado a producir conocimiento, dejando la promoción a políticos y activistas.

Este posicionamiento es comprensible, pero también limitante. Los científicos, como expertos, tienen la responsabilidad moral de traducir sus conocimientos en acciones concretas e influir en las políticas públicas.

Las barreras prácticas, por otro lado, se relacionan con limitaciones de tiempo y recursos. Los científicos a menudo se sienten abrumados por su investigación, la enseñanza y la publicación de su trabajo, lo que les deja poco tiempo para la participación pública. Además, algunos temen que su credibilidad se vea dañada si se les considera demasiado militantes.

De la producción de conocimiento a la acción

Afortunadamente, estos obstáculos se pueden superar. Es posible combinar investigación rigurosa y compromiso climático. Aquí está el secreto: debemos desarrollar la capacidad de los investigadores para popularizar conceptos complejos y crear conciencia entre audiencias diversas, manteniendo al mismo tiempo un rigor impecable para servir como modelos para una nueva generación de científicos que podrían convertirse en agentes de cambio.

La emergencia climática requiere que aprovechemos todo el potencial de la comunidad científica para movilizar a la sociedad y orientar las políticas públicas.

Ya no basta con publicar estudios sobre los riesgos climáticos; los científicos también deben participar activamente en la difusión de su trabajo y la promoción de políticas climáticas ambiciosas.

Las recomendaciones del estudio son claras: para maximizar su impacto, los científicos primero deben repensar su papel. En lugar de ver la promoción como una tarea secundaria, deberían verla como una extensión natural de su trabajo.

Una vez superado este obstáculo intelectual, se trata de encontrar formas prácticas de integrar el compromiso en su vida profesional. Esto podría implicar colaboraciones con ONG, participación en paneles políticos o incluso educar al público en general.

Fuentes y referencias de la noticia: - Dablander, F., Sachisthal, M.S.M., Cologna, V. et al. Climate change engagement of scientists. Nat. Clim. Chang. (2024). https://doi.org/10.1038/s41558-024-02091-2