Precipitaciones altiplánicas: ¿cómo se producen las lluvias de verano?
Estamos acostumbramos asociar las lluvias con la llegada de sistemas frontales en invierno o bajas segregadas provenientes del Pacífico. Pero hay un lugar en Chile donde se producen en verano. Te explicamos cómo llegan las lluvias al altiplano.
El altiplano chileno se encuentra a 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar entre las regiones de Arica y Antofagasta. Es un lugar con características climáticas especiales debido a su ubicación y altura: es una zona bastante árida, similar a gran parte de la zona norte del país.
Pese a esto, en el altiplano si precipita y bastante, pero posee una distribución de lluvias diferente al resto del país, provocada principalmente por nubosidad convectiva, de gran desarrollo vertical que desencadena lluvias intensas y tormentas eléctricas, aproximadamente entre diciembre y marzo.
Muchas veces, mientras los habitantes de la zona centro y sur disfrutan de un agradable y cálido verano, la zona más alta y árida en el extremo norte del país recibe, por momentos, precipitaciones incluso sobre lo normal.
Estas precipitaciones suelen asociarse a un término más coloquial conocido como "invierno boliviano" o invierno "altiplánico", términos que en rigor no son correctos, ya que la época de lluvias de desarrolla en la época estival.
Bien lo saben los habitantes de sectores altiplánicos, puesto que para ellos es costumbre recibir precipitaciones en verano. Entonces, en términos meteorológicos la definición correcta a este fenómeno es algo tan simple como precipitaciones de verano.
¿Qué fenómenos provocan las precipitaciones de verano?
Son varios factores los que provocan las precipitaciones altiplánicas entre ellos la integración del monzón amazónico, la posición de la Alta de Bolivia, además de una baja presión en superficie en el centro del continente. Estos fenómenos pueden propiciar que la suficiente humedad logre llegar a niveles altos y desatar lluvias y tormentas.
Si lo analizamos en detalle, en verano las temperaturas suelen elevarse en superficie en gran parte de Sudamérica, formando un sistema de baja presión que abarca el centro del continente entre varios países como Brasil, Argentina y Bolivia, allí el aire se calienta y comienza a ascender, en un proceso que se conoce con el nombre de convección.
Esta convección, que se suma a la producida por el calentamiento superficial, genera una circulación anticiclónica en altura, fenómeno llamado Alta de Bolivia. La ubicación de este anticiclón es fundamental para la ocurrencia de lluvias en una de las partes más altas del planeta.
Además de eso, la presencia de La Niña aumenta la probabilidad de mayores acumulados de precipitaciones en el altiplano, por lo que crece la posibilidad de riesgo de aluviones y el crecimiento de los caudales de los ríos.
¿Cómo se desatan las lluvias y tormentas entonces?
Es extraño imaginar como podemos tener incluso rangos sobre lo normal de lluvias en un lugar tan seco y frío en época estival. ¿Cómo llega entonces la humedad a 4 mil metros de altura? Para eso se necesita un mecanismo que ayude a escalar la gran humedad que se encuentra en superficie.
Cuando la Alta de Bolivia se desplaza más al sur, acompañada de un flujo de vientos predominante del este, colabora en el ascenso de aire cálido y húmedo elevándolo a las alturas, produciendo intentas precipitaciones, incluso extendiéndose a localidades como San Pedro de Atacama.
Caso contrario, cuando la Alta de Bolivia se ubica más al norte, el flujo del oeste predomina, lo cual no permite la formación de convección y, por lo tanto, no se registran precipitaciones.
En resumen, es absolutamente normal que llueva en verano en el Altiplano, pero para eso, necesitamos un aumento de aire cálido en el continente, humedad proveniente del Atlántico y una configuración que permita que esta humedad llegue a la planicie.