Propulsión nuclear para llegar a Marte en menos tiempo: ¿el combustible perfecto para la colonización planetaria?

Un viaje a Marte actualmente puede tardar de seis a nueve meses, lo que hace complejo reabastecer o rescatar una tripulación en caso de emergencia. La propulsión nuclear-eléctrica es una alternativa que, en teoría, podría disminuir el tiempo de viaje.

Concepción artística representa astronautas y hábitats humanos en Marte. Crédito: NASA.
Concepción artística representa astronautas y hábitats humanos en Marte. Crédito: NASA.


La distancia es uno de los principales desafíos de las misiones al espacio, por lo que se busca la manera de desarrollar sistemas de propulsión avanzados que reduzcan estos tiempos de tránsito.

Ir a Marte con los métodos de propulsión que se utilizan en la actualidad –cohetes químicos o propulsores de efecto Hall– puede tardar entre seis y nueve meses.

Enviar humanos a Marte no resulta conveniente hoy, debido a la dificultad que significaría reabastecerlos o reaccionar ante una emergencia. Por ello, se analizan alternativas que puedan hacerlo eficiente.

Una de ellas son los sistemas de propulsión nuclear, en lo que profundizaron Malaya Kumar Biswal, director ejecutivo de Acceleron Aerospace Sciences, y Ramesh Kumar, director ejecutivo de Grahaa Space –ambas empresas indias dedicadas a la tecnología espacial–, en una presentación realizada en la Conferencia de Ciencias Lunares y Planetarias 2025 (LPSC 2025), realizada en marzo.

En el documento “Nuclear-Powered Propulsion Systems for Multiplanetary and Deep Space Exploration”, los emprendedores aeroespaciales analizan el uso de sistemas de propulsión nuclear, especialmente la energía de fisión nuclear, como tecnología ideal para misiones espaciales de larga duración y multiplanetarias. Sostienen que es una alternativa viable y clave para el futuro de la exploración multiplanetaria.

Una alternativa que ya comienza a evaluarse

La NASA y la Unión Soviética estudiaron la propulsión nuclear para permitir misiones a lugares más allá de la órbita terrestre baja y la Luna, centrándose en la propulsión nuclear-térmica (NTP) y la propulsión nuclear-eléctrica (NEP).

Kilowatt Reactor Using Stirling TechnologY (KRUSTY), de la NASA. Crédito: NASA.
Kilowatt Reactor Using Stirling TechnologY (KRUSTY), de la NASA. Crédito: NASA.


La primera consiste en un reactor nuclear que calienta propelente de hidrógeno y lo canaliza a través de un dispositivo para producir aceleración (delta-v), mientras la propulsión nuclear-eléctrica requiere reactores nucleares que generan electricidad para alimentar el propulsor.

Biswal y Kumar indican que existen otros dos tipos de conceptos nuclear-eléctricos: la propulsión eléctrica radioisotópica (REP) y la propulsión eléctrica por fisión (FEP). “Mientras que la REP utiliza el calor generado por la desintegración radiactiva natural de los isótopos para producir electricidad, la FEP se basa en reactores nucleares para generar energía mediante reacciones controladas de fisión nuclear. Cada uno presenta ventajas que lo hacen ideal para perfiles de misión específicos”, explica el periodista espacial Matthew Williams, en Universe Today.

Los sistemas REP ya se han utilizado en las sondas Voyager y los rovers Curiosity y Perseverance. Mientras el FEP, más potente, podría ser adecuado para la exploración a larga distancia del Cinturón Principal de Asteroides y el Sistema Solar exterior, sostienen.

Ambos sistemas se están investigando para futuras misiones, indica Universe Today. Como el reactor nuclear experimental KRUSTY, desarrollado en 2018 por la NASA.

Ventajas y desafíos de utilizarla

Biswal y Kumar sostienen que una nave espacial nuclear-eléctrica tripulada permitiría la exploración de planetas gigantes (como Júpiter, Saturno y Neptuno), realizar misiones al Cinturón de Kuiper (como New Horizons) y lugares más lejanos, permitir misiones humanas a Marte y a bases lunares, asegurando el suministro continuo.

Creación artística de una nave espacial habilitada por propulsión nuclear térmica (NTP). Crédito: NASA.
Creación artística de una nave espacial habilitada por propulsión nuclear térmica (NTP). Crédito: NASA.

Sin embargo, la propuesta tiene limitaciones. Estos sistemas tienen una masa inicial mayor que los sistemas tradicionales, lo que puede resultar en un mayor peso y costos de lanzamiento. Escalar la tecnología aún es un desafío y podría requerir avances significativos en materiales, gestión térmica y sistemas de generación de energía antes de que estén listos.

Se requiere también protección radiológica y protocolos para garantizar la seguridad de la misión. Es una tecnología más arriesgada que los métodos convencionales, pero Biswal y Kumar creen que las ventajas superan con creces las desventajas, y que algunos de estos desafíos pueden superarse.

Referencia de la noticia:

- Nota en Universe Today. Are Nuclear Propulsion Systems the Future of Space Exploration?


- Presentación en 2025 Lunar and Planetary Science Conference (2025 LPSC). Nuclear-Powered Propulsion Systems for Multiplanetary and Deep Space Exploration.