¿Pueden las ciudades sobrevivir a la crisis climática? Científico del MIT propone soluciones

Con la publicación de un libro sobre la resiliencia de las ciudades ante el cambio climático, científicos plantean soluciones para las comunidades más vulnerables. ¿Cuáles son los puntos que discuten? En este artículo te contamos.

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Todas las ciudades deberían ser capaces de enfrentarse de manera resiliente a los efectos del cambio climático.

Imagina caminar por una calle donde el Sol quema el pavimento, mientras a pocas cuadras un barrio entero lucha contra una inundación. No es ciencia ficción, es la cotidianidad de muchas ciudades hoy en día.

El clima se ha vuelto impredecible y, según investigadores como Lawrence Vale (MIT) y Zachary B. Lamb (UC Berkeley), enfrentar esta crisis no es solo una cuestión de infraestructura, sino también de equidad social.

Ciudades al límite: ¿Cómo proteger a los más vulnerables del caos climático?

El cambio climático está poniendo a prueba la capacidad de adaptación de las ciudades en todo el mundo. Desde inundaciones y olas de calor hasta incendios forestales, los fenómenos extremos afectan cada vez más a las comunidades urbanas.

Sin embargo, no todas las personas sufren estos impactos por igual: las poblaciones de bajos ingresos suelen ser las más vulnerables, y las estrategias tradicionales de resiliencia urbana a menudo las dejan atrás.

Un libro detrás de todo

Los expertos Vale y Lamb, desafían la idea de que todas las soluciones climáticas son neutrales en su libro "The Equitably Resilient City". ¿De qué sirve construir diques si terminan desplazando a comunidades vulnerables? ¿O instalar techos frescos en edificios de lujo mientras en los barrios más pobres las olas de calor se cobran vidas? Su enfoque se basa en cuatro principios esenciales que, en conjunto, forman las "piernas" (LEGS, en inglés) de una ciudad resiliente y justa:

  • Entornos seguros y saludables: Garantizar aire limpio, agua potable sin contaminantes y acceso equitativo a áreas verdes, sin que estos beneficios sean exclusivos de quienes pueden pagarlos.
  • Raíces firmes contra el desplazamiento: Evitar que proyectos de “sostenibilidad” se conviertan en excusas para expulsar a comunidades históricas, como ocurre con la gentrificación verde.
  • Trabajo digno y estable: Ofrecer empleos que no solo permitan sobrevivir, sino adaptarse a los desafíos climáticos sin obligar a elegir entre comer o pagar un ventilador.
  • Participación real de la comunidad: Que los propios vecinos tomen las decisiones sobre sus barrios, en lugar de dejar estas discusiones en manos de consultores externos.

Un ejemplo de este enfoque son las Comunidades Propiedad de Residentes (ROC, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, donde familias de bajos ingresos compran terrenos de manera colectiva. Juntos, implementan soluciones como drenajes inteligentes, crean redes de apoyo para enfrentar huracanes y frenan la especulación inmobiliaria.

Los integrantes de las ROC no esperan ser rescatados, sino que diseñan su propio futuro.

Para Vale y Lamb, la resiliencia no debería ser solo la capacidad de resistir desastres, sino una oportunidad para fortalecer los lazos comunitarios y construir sociedades más solidarias. Porque cuando lleguen las próximas tormentas, incendios o sequías, lo que marcará la diferencia no será la cantidad de cemento, sino cuánto nos preocupamos y actuamos por los demás.

Referencias de la noticia

- Vale, L.; Lamb, Z. The Equitably Resilient City

- MIT. "Construyendo la Resiliencia"