¿Qué originó este magnífico reloj de arena cósmico en la constelación de Tauro?
La forma de reloj de arena de este objeto astronómico observado por el telescopio espacial James Webb es fascinante. ¿Pero hemos entendido lo que realmente implica?
Frente a tan hermoso y particular objeto astronómico hay dos puntos de vista, muy diferentes pero ambos coinciden en compartir el asombro de tanta belleza en el universo. Hay quienes encuentran este objeto fascinante en sí mismo. No importa lo que sea en realidad, la belleza está en imaginarlo como cada uno cree.
Aquí pues está el frente de quienes ven un hermoso reloj de arena cósmico que está marcando el tiempo de quién sabe qué evento cósmico sucederá en un futuro más o menos cercano. Hay quienes encuentran fascinante no sólo la forma, sino sobre todo comprender en detalle qué representa exactamente este objeto y cuál es la física detrás de él.
La protagonista es una estrella
La protagonista de esta historia es una estrella recién nacida, de unos cientos de miles de años como máximo.
La madre de nuestra estrella es una nube, llamada L1527, situada en dirección a la constelación de Tauro. Esta región del cielo, relativamente cercana a la Tierra —a unos 460 años luz—, está llena de nubes, en cuyo interior se está formando estrellas de baja masa.
Una característica peculiar de la nube L1527 es que es "oscura", es decir, es una nube formada, como todas las demás nubes, por gas molecular y polvo, pero cuya densidad es tal que bloquea la luz de las estrellas que se encuentran ambas detrás es interior, por lo que aparece como una mancha oscura, especialmente si se observa en la banda visible.
La protagonista de nuestra historia, sin embargo, no es hija única, nació junto a muchas otras estrellas gemelas; otros nacieron antes, otros nacerán después. Lo que entonces hizo protagonista a nuestra estrella es, podemos decir, su vivacidad.
De hecho, la estrella recién nacida está rodeada por un disco de polvo y gas (los mismos a partir de los cuales se formó). Continuamente caen polvo y gas sobre la estrella, aumentando así aún más su masa. La interacción magnética entre la estrella y su disco da lugar a dos potentes chorros estelares que, partiendo de los polos de la estrella, emanan en direcciones opuestas hacia el espacio circundante.
Los chorros de gas y polvo a velocidades supersónicas encuentran otros gases y polvo a lo largo de su camino.
La interacción entre los chorros y el gas circunestelar crea ondas de choque cuyo efecto es sobrecalentar el gas que impactan y darle forma con estructuras simétricas respecto a los dos polos de la estrella.
El magnífico reloj de arena
Nuestra estrella se convierte en protagonista por haber dado, con sus potentes chorros polares, forma de reloj de arena al gas que la rodea, moldeándola e iluminándola. En la imagen de portada, la luz azul difusa con estructuras filamentosas particulares es emitida por moléculas basadas en carbono conocidas como hidrocarburos aromáticos policíclicos (en inglés se utiliza el acrónimo PAH).
La región roja central, dentro de la cual la estrella aún está oculta, también está formada por una gruesa capa de gas y polvo a alta temperatura. La región blanquecina es una mezcla de PAH, neón ionizado y otras moléculas.
Sin embargo, este magnífico espectáculo no durará para siempre. A medida que pasa el tiempo, los chorros alejarán cada vez más gases y polvo circundantes y el efecto de reloj de arena se desvanecerá gradualmente, volviéndose cada vez menos brillante hasta desaparecer.
En este punto incluso la mayor parte del disco protoestelar se habrá consumido y nuestro protagonista, una vez liberado del polvo en el que se encuentra actualmente envuelto, se hará visible.
La imagen fue obtenida por el Telescopio Espacial James Webb. Consta de dos imágenes, una obtenida con la cámara NIRCam en el infrarrojo cercano y otra con el instrumento MIRI en el infrarrojo medio. La combinación de las dos imágenes permite obtener una visión más completa del sistema.