¿Qué son los ciclos solares y cómo pueden afectar a nuestro planeta?
Nuestra estrella, el Sol, no está tan tranquila como parece en el centro de nuestro Sistema Solar. Hay mucha actividad presente en su superficie e interior. Conoce sobre los ciclos solares y sus repercusiones para la Tierra.
El Sol aparentemente parece un objeto estático desde la Tierra, no obstante esto no es así. La verdad es que el Sol tiene mucha actividad, especialmente expulsando material al medio interestelar y con fuerte actividad de su campo magnético mediante manchas solares.
La observaciones del Sol durante mucho tiempo han permitido encontrar periodos de mayor y menor actividad. Estos ciclos solares duran aproximadamente once años, y se manifiestan observando la cantidad e intensidad de las manchas solares. Pese a estas variaciones cíclicas, la energía solar destinada para estos fenómenos, no alcanza a superar el 1%, implicando que la emisión de energía es prácticamente constante.
¿Cómo podemos describir la actividad solar?
El Sol es una estrella de tamaño regular, y del tipo más común en el universo. Emite radiación a 5.800 °C, irradiando el Sistema Solar. Una pequeña parte de esta energía es recibida por la Tierra, siendo el motor principal de la dinámica de la atmósfera y océanos.
La variación de la actividad solar está regulada por cambios en su campo magnético. Las manchas solares son zonas donde su campo magnético interno es máximo, y logran atravesar todas las capas hasta la superficie. Ahí es cuando se pueden observar –con filtros adecuados– en color oscuro.
Cuando existen pocas manchas solares, o ninguna, implica que se tiene escasa actividad del campo magnético, y en contraste, cuando existen muchas manchas solares quiere decir que se estaría presentando un ciclo muy activo del campo magnético.
¿Qué tipo de cosas expulsa el Sol al espacio?
El Sol emite constantemente plasma al medio interestelar —y es conocido como el cuarto estado de la materia. Además de sólido, líquido y gases, el astro rey y las estrellas están hechas de plasma.
Esta emisión constante se llama viento solar, por lo cual nuestro Sistema Solar no está del todo vacío, más bien contiene una baja cantidad de plasma, pero de alta energía. Similar al aire en movimiento que nos rodea en nuestra atmósfera.
Nuestro Sol también emite a diario tormentas solares, que se componen de: llamaradas solares y eyecciones de masa coronal (EMC). Tanto las tormentas solares como el viento solar, llegan a la Tierra, y es el campo magnético terrestre con su magnetósfera, el que protege la vida de estas partículas de radiación de alta energía.
¿Cómo nos afectan estos ciclos solares en la Tierra?
La atmósfera y la magnetósfera son nuestros escudos naturales para protegernos de la radiación solar, sus eyecciones de partículas y radiaciones cósmicas de otros lados del cosmos. Cuando la magnetósfera recibe exceso de partículas solares de alta energía se forman las auroras boreales y australes. Si existen ciclos anormales de mucha emisión solar es posible que las auroras lleguen hasta latitudes Ecuatoriales inclusive.
Entonces intentar salir al espacio exterior, tratar de ir a la Luna u otro planeta, no es algo sencillo. La red de satélites de telecomunicaciones que orbitan la Tierra se ven seriamente afectados cuando reciben tormentas solares. Es así como las telecomunicaciones, GPS, redes eléctricas, radiación en pasajeros de aviones, futura posibilidad de viajes interplanetarios, ademas de otros aparatos tecnológicos, se ven afectadas por la intensa actividad solar.
El estudio de estas materias se llama comúnmente Clima Espacial. Las entidades que realizan esto están vigilando constantemente la dinámica y el complejo comportamiento de la actividad solar, especialmente los ciclos de 11 años.