¿Realmente les agradamos a los gatos o su cariño es una maniobra calculada?
A diferencia de los perros, a quienes se acusa de amor incondicional, los gatos son considerados calculadores e indiferentes, lo que plantea dudas sobre la exactitud de este estereotipo.
Contrariamente a la creencia popular de que los gatos son distantes y desinteresados con sus dueños, estudios recientes han ofrecido diferentes puntos de vista sobre la compleja dinámica del vínculo gato-humano.
Si bien es cierto que los gatos no expresan amor de la misma forma que los perros, sí muestran muestras de afecto, aunque de forma más sutil. En un estudio de la BBC de 2015 sobre la neuroquímica de perros y gatos durante las caricias, los investigadores descubrieron que ambos experimentaban niveles elevados de oxitocina.
Sin embargo, los perros mostraron un aumento promedio notablemente mayor, del 57,2 %, lo que sugiere una respuesta positiva más intensa a la interacción humana en comparación con el modesto 12 % observado en los gatos.
Además, otro estudio realizado en 2021 con el objetivo de explorar el vínculo gato-humano cuestionó la noción de que los gatos son inherentemente distantes. Daniel Mills, experto en comportamiento animal de la Universidad de Lincoln, dijo que falta una comprensión integral sobre las relaciones emocionales entre gatos y humanos.
Este estudio entrevistó a 3.994 dueños de gatos, identificando cinco categorías distintas de relaciones entre dueños de gatos, que van desde el desapego abierto hasta la amistad cercana.
Los resultados revelaron una división bastante equitativa: aproximadamente la mitad de las relaciones investigadas mostraban una inversión emocional, desafiando el estereotipo de los gatos como compañeros emocionalmente distantes.
Claire Ricci-Bonot, autora principal de este estudio, enfatizó la importancia del aporte emocional de los dueños y el nivel de independencia que se brinda a los gatos al formar relaciones sociales.
Si bien reconoció un vínculo emocional entre los gatos y sus dueños, también cuestionó la naturaleza del vínculo, especialmente en comparación con el comportamiento más abiertamente leal que muestran los perros. Esto implica que la relación gato-humano es compleja y varía según las personalidades individuales, la socialización y las condiciones de vida.
Además, otro estudio realizado en 2019 destacó el esfuerzo requerido por parte de los propietarios para construir un vínculo fuerte con sus compañeros felinos, contrastando los vínculos más fáciles observados con los perros. Un estudio anterior, publicado en 2008, añadió peso a la importancia de las relaciones entre gatos y dueños de gatos, indicando un aumento en la presión arterial de los gatos cuando se encuentran con humanos, lo que sugiere un nivel de conexión emocional.
La naturaleza compleja de estas relaciones se destacó aún más en un estudio de 2021, que reveló que los gatos prefieren un enfoque de "no intervención" a las caricias y se inclinan por personas que respetan sus señales, lo que muestra la naturaleza matizada e individualizada de los vínculos entre gatos y humanos.
La naturaleza selectiva de los gatos no significa que odien a los humanos
Los gatos, al ser depredadores y presas, han desarrollado una disposición cautelosa como mecanismo de supervivencia. El maltrato humano hacia los gatos contribuye a su escepticismo hacia individuos desconocidos, ya que no todas las interacciones humanas tienen intenciones positivas.
A diferencia de los perros, los gatos necesitan tiempo para familiarizarse con nuevos humanos y generar confianza es crucial. A menudo surgen malentendidos cuando la gente espera que los gatos se comporten como perros, sin tener en cuenta las diferencias entre especies.
Los gatos son selectivamente sociales, forman vínculos una vez que se establece la confianza, y no a todos los gatos les desagradan inmediatamente los humanos. Los gatos pueden percibir los comportamientos humanos, como mirar fijamente, como amenazantes, lo que afecta su afinidad.
Aunque una minoría de gatos, alrededor del 15%, puede no estar inclinada a abrazarse, a la mayoría de los gatos no les desagradan inherentemente los humanos, expresando sus sentimientos de maneras sutiles que requieren comprender el lenguaje corporal del gato para una mejor comprensión.
Referencias de la noticia:
Slingerland L., et al. Response of cats to familiar and unfamiliar human contact using continuous direct arterial blood pressure measurement. PubMed (2008).
Curry B., et al. Oxytocin Responses After Dog and Cat Interactions Depend on Pet Ownership and May Affect Interpersonal Trust. CABI Digital Library (2015).
Ines M., et al. My Cat and Me—A Study of Cat Owner Perceptions of Their Bond and Relationship. MDPI (2021).