Repitan conmigo: el agua de los ríos no se pierde en el mar
Los niños en la educación básica tienen clarísimo que esto es parte del ciclo del agua, pero, algo ocurre cuando crecen que se les olvida, o más bien, repiten una y otra vez todo lo contrario. Bueno, para eso estamos, para refrescarles la memoria.
La paciencia es la madre de todas las ciencias. Apelando a ella entonces, respiro profundo y comienzo a redactar este artículo que responderá la siguiente interrogante: ¿El agua de los ríos se pierde en el mar? Antes, uno de mis hijos irrumpe y me dice, “pero papá, para qué vas a escribir algo que todos sabemos, es parte del ciclo del agua”.
Bueno, más de alguien puede necesitar que repasemos un poco de ciencias naturales. Y la respuesta es: “No. El agua dulce que llega desde los ríos al mar no se pierde”, sostiene el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia [(CR)2] de la Universidad de Chile.
El que los ríos descarguen sus aguas y sedimentos en el mar es parte del proceso natural conocido como el ciclo del agua. De acuerdo con los especialistas del (CR)2, esta descarga en el océano es sumamente importante, porque:
- Contribuye con nutrientes y la consiguiente preservación de la biodiversidad costera.
- Conserva la geografía de estuarios y fiordos.
- Mantiene el normal funcionamiento de los ecosistemas a través de la circulación de agua salobre y marina.
“Debido a que la surgencia costera, fenómeno que aporta una gran cantidad de nutrientes en el verano, disminuye en la temporada invernal, la descarga de agua dulce se torna esencial en esta época del año para preservar la biodiversidad y los recursos biológicos de la costa”, argumenta el escrito de los investigadores Laura Farías, René Garreaud, Ítalo Masotti y Verónica Delgado.
Chile protege menos del 1% de sus ríos.
¿Les sirvió para regresar la memoria? Entonces, repitan conmigo, “el agua de los ríos no se pierde en el mar”. Es más, los expertos del (CR)2 recomiendan que “si se desea extraer el agua de los ríos que desembocan en el mar para el uso humano, se debe asumir una mirada integral, donde se tomen en cuenta tanto las necesidades sociales como naturales. Esto se logra estableciendo un “caudal ecológico”, lo que apunta a mantener una cantidad suficiente de agua en los caudales para el correcto funcionamiento de los ecosistemas, la preservación de los recursos biológicos y la biodiversidad, el aporte suficiente de nutrientes, la dilución de contaminantes, la disminución de los impactos causados por los eventos extremos y la preservación del paisaje”.
Falta agua
¿Por qué conviene aclarar estos puntos? No sólo por el conocimiento en sí, sino porque ante la escasez hídrica que afecta, especialmente, al centro-norte de Chile es necesario tenerlo en consideración al momento de buscar fuentes de agua dulce.
Es el caso de la agricultura, el sector productivo que más la utiliza a nivel mundial y también en nuestro país. “Hay muchas técnicas y avances tecnológicos que permiten mantener ciertas prácticas de cultivos pese a tener menos precipitaciones o agua disponible. Eso puede permanecer en la medida que se disponga, por ejemplo, de agua subterránea. Pero el debate es cuan sustentables son estas técnicas en el largo plazo y cuánto se justifica en términos económicos y socioambientales. O sea, puede suceder que, por tratar de mantener ciertos cultivos con esas prácticas, sea irracional desde el punto de vista económico e irresponsable desde la perspectiva socioambiental”, afirma Martín Jacques, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción.
Ante el escenario de escasez se debe considerar y valorar la evidencia científica al momento de evaluar si se justifica o no la producción de ciertos cultivos en lugares en dónde la demanda de agua es mayor por parte de las personas y la biodiversidad en general.
“El caso de los monocultivos (pinos, eucaliptos, paltos, cítricos etc.) se ha demostrado que producen una menor disponibilidad de agua que el bosque nativo. Y en ese sentido yo creo que es necesario que se tenga una institución informada y responsable que maneje el uso de los suelos del país a gran escala. Por ejemplo, las inmensas plantaciones forestales no son beneficiosas en estas condiciones de sequía”, recomienda Jacques.
- “Proyectos como la carretera hídrica responden a obras de geoingeniería que son una gran intervención en el paisaje, por lo que debiéramos pensar en producir respetando los ecosistemas y ser sustentables”. -
En general, los expertos desechan esta idea que cada vez gana mayor fuerza, justamente, entre aquellos adultos que afirman erróneamente que el agua de los ríos se pierde en el mar. Esperamos que este artículo les haya refrescado la memoria para que todos, grandes y chicos, nos ganemos una carita feliz en esta materia.