¿Sabías que la grasa entre tus músculos puede ser más peligrosa que la abdominal? Los científicos explican por qué

La grasa intermuscular o visceral aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Aprende cómo prevenirla y cuidarte mejor.

barriga y cerveza.
Más allá de la barriga cervecera, el papel oculto de la grasa intermuscular en la salud.

La grasa intermuscular (IMAT por sus siglas en inglés) o también llamada grasa visceral, a pesar de no ser visible a simple vista, puede tener consecuencias graves para la salud. Los expertos han descubierto que incluso las personas con un índice de masa corporal (IMC) dentro del rango normal no están exentas de peligro si tienen altos niveles de IMAT. Este hallazgo ha revolucionado nuestra comprensión de la obesidad y el riesgo cardiovascular, y subraya la necesidad de utilizar indicadores más precisos.

La grasa intermuscular afecta negativamente el metabolismo, la función muscular y el riesgo cardiovascular. Sin embargo, con ejercicio regular, dieta equilibrada, movimiento constante y atención médica proactiva, podemos derrotarla y mejorar nuestra salud y calidad de vida.

Como vemos, la IMAT va más allá de ser un problema estético. Un reciente estudio ha encontrado una conexión preocupante entre esta grasa y la resistencia a la insulina, un precursor clave de la diabetes tipo 2.

La grasa intermuscular o visceral, interfiere con la señalización insulínica, dificultando la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa y exacerbando la hiperglucemia.

Además, su acumulación tiende a aumentar a partir de los 40 años, pero también se observa en personas más jóvenes que llevan un estilo de vida sedentario o tienen condiciones metabólicas preexistentes.

Estrategias de prevención efectivas

La buena noticia es que existen formas efectivas de combatir esta amenaza. El ejercicio físico, en particular el entrenamiento de fuerza y la actividad aeróbica, se ha demostrado como una de las mejores armas contra la grasa intermuscular.

Los expertos recomiendan realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, incluyendo ejercicios con pesas si es posible. Este enfoque no solo ayuda a reducir la grasa intermuscular, sino que también mejora la calidad y funcionalidad de nuestros músculos.

personas con pesas haciendo ejercicio.
Los expertos recomiendan realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, incluyendo ejercicios con pesas si es posible

Y no se trata solo de grandes esfuerzos, pequeños cambios en el estilo de vida pueden marcar una gran diferencia. Levantarse del asiento cada hora o dar un paseo después de comer son acciones simples que pueden mejorar significativamente la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación sistémica. Cada movimiento cuenta en esta lucha contra la grasa intermuscular.

La dieta también juega un papel importantísimo

Una alimentación rica en frutas, verduras, grasas saludables como el aceite de oliva y proteínas magras no solo combate la inflamación, sino que también reduce los marcadores asociados al IMAT.

frutas, verduras y grasas saludables.
Una dieta rica en frutas, verduras, grasas saludables y proteínas magras combate la inflamación y reduce los marcadores de IMAT.

La dieta mediterránea, en particular, ha demostrado ser especialmente efectiva. Estudios muestran que esta dieta puede reducir significativamente los niveles de proteína C reactiva (PCR) y la interleucina-6 (IL-6), dos marcadores inflamatorios importantes.

La PCR es una proteína producida por el hígado en respuesta a la inflamación, y niveles elevados pueden indicar un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, la IL-6 es una citocina que también está involucrada en la respuesta inflamatoria y se ha relacionado con diversas enfermedades crónicas. Reducir estos marcadores inflamatorios puede mejorar significativamente la salud general y reducir el riesgo de enfermedades graves.

Detección temprana: un paso decisivo

Detectar la grasa intermuscular o visceral a tiempo, es crucial para combatir sus efectos negativos en la salud. Realizar chequeos médicos regulares que incluyan la evaluación de indicadores como la glucosa, insulina y perfil lipídico permite identificar problemas potenciales antes de que se agraven.

Un análisis de sangre anual es un paso sencillo pero vital para adelantarse al IMAT, permitiendo tomar medidas preventivas adecuadas y mantener una buena salud cardiovascular.

No existe una solución única para todos, las estrategias deben ser personalizadas, especialmente para individuos con obesidad sarcopénica o trastornos metabólicos.

Trabajar con profesionales de la salud para diseñar un plan específico de ejercicio y nutrición puede marcar la diferencia. Un enfoque multidisciplinario que aborde tanto el estado físico como los factores metabólicos es clave para lograr resultados óptimos.

Referencias de la noticia

- The Conversation. Más allá de la barriga cervecera: el papel oculto de la grasa intermuscular en la salud (2025).

-Science Direct. La distribución del tejido adiposo es diferente en la diabetes tipo 2 (2009).