Según un estudio publicado en Nature, el ruido humano altera el silencio necesario para la vida silvestre
Los sonidos de la naturaleza generan calma, contemplación y sanación física. Sin embargo, todo el ruido que originamos está desencadenando consecuencias negativas, tanto en los animales como en la comunicación humana.
La algarabía de nuestro estilo de vida asociado a los movimientos urbanos, los diversos medios de transporte, la constante actividad industrial y las distintas manifestaciones que interrumpen el sonido natural de los paisajes que nos rodean, podrían ser sumamente negativos para varias especies, afectando el desarrollo armónico de ellas.
Es por ello que esta vez nos sumergiremos en una reciente publicación de la revista Nature, en la cual se analiza el libro de Jérôme Sueur "Historia natural del silencio", quien es especialista en ecoacústica.
Así afecta el ruido humano en el desarrollo de la vida silvestre cuando no hay silencio
En su libro, Sueur destaca que el ruido emanado por las maquinarias, los aviones, los barcos, entre otras herramientas tecnológicas, puede llegar a los rincones más lejanos de la Tierra.
Sumado a ello, quienes se dedican a investigar el comportamiento de la vida silvestre necesitan hacerlo en lugares de silencio prístino, ya que de esa manera pueden saber cómo los animales perciben, usan y crean sus propios sonidos.
La historia evolutiva nos muestra que los animales son capaces de desarrollar vibraciones para enviar y recibir los mensajes. Sin embargo, esta extraordinaria habilidad se ha visto modificada por la interrupción humana en ambientes que antes contaban con un silencio natural.
Este y otros estudios de Sueur han demostrado que el exceso de ruido originado por la ajetreada actividad humana "sofoca" los sonidos naturales de la flora y fauna de un lugar, afectado negativamente el desarrollo biológico de los ecosistemas alrededor del planeta.
Razones por las cuales es necesario el silencio para la flora y fauna de la vida silvestre
Vivir en un entorno natural permite que, como humanidad, nos demos cuenta de que las aves necesitan entonar más fuerte su canto cuando se encuentran cerca del tráfico vehicular.
La gran consecuencia de este escenario es que a las personas, en general, se les ha olvidado el valor de respirar en medio del silencio de la naturaleza.
En esta dirección, es imperativo potenciar nuestra capacidad de comunicación e introspección para comprender y experimentar una mejor calidad de vida. De esa manera, también aprehenderemos que somos un ingrediente más de la naturaleza.
Fuentes y referencias de la noticia:
-Levante. El ruido humano interrumpe peligrosamente los ciclos de la naturaleza (2024).
-Soliman, A. Humanity´s noise is the natural world´s enemy. Nature (2024).
-Lecchini, D. et al. Boat noise prevents soundscape-based habitat selection by coral planular. Sci Rep 8 (2018).