Seis inventos chilenos que cambiaron el mundo
Los avances originados en Chile en los campos de la medicina y la ingeniería han aportado significativamente al conocimiento global. La autopoiesis, el dispositivo intrauterino de cobre y la vacuna contra la hepatitis B son algunos de los contribuciones que han marcado un hito en la ciencia internacional.
Varios hitos de la ciencia y tecnología han tenido origen en laboratorios nacionales o han sido dirigidos por científicos chilenos. Algunos con más reconocimiento que otros, recolectamos algunos de los avances e inventos que han revolucionado el mundo.
Atrapanieblas
La camanchaca fue la clave para que al físico Carlos Espinosa ideara un atrapanieblas, estructura capaz de interceptar el manto de nubes fabricada con 360 barras de cobre y arpillera.
Su diseño con forma de diamante salió a la luz en 1956 en la entonces Universidad del Norte (hoy Universidad Católica del Norte), a la que donó la patente de su invento, que después fue entregada a la Unesco para que pueda replicarse de forma libre en cualquier parte del mundo.
Desde entonces, se han incorporado adecuaciones al modelo y se han instalado en diferentes partes del país, además de países como Ecuador, Perú, México, Israel y España, entre otros.
La forma de macrodiamante y la arpillera fueron adaptándose, dando paso a modelos cilíndricos y a largas paredes de malla raschel. Esta última, utilizada desde los años 80 en varios proyectos piloto para dotar de agua a comunidades cercanas a los cerros costeros, como caleta Chungungo y Peña Blanca.
Vacuna contra la hepatitis B
La hepatitis B es una infección que afecta el hígado, pudiendo volverse crónica y que conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer de hígado. Se contagia mediante el contacto directo con fluidos corporales infectados, a través de un pinchazo de aguja, por contacto sexual o desde la madre al hijo/a al momento del nacimiento.
En la década de 1980, el bioquímico chileno Pablo Valenzuela, junto al académico estadounidense William Rutter fundaron la compañía Chiron Corporation, donde el investigador chileno logró secuenciar el genoma del virus que provoca la hepatitis B, lo que condujo a la elaboración de la primera vacuna recombinante contra esta enfermedad.
En 1986, fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA), la agencia estadounidense que regula el uso de los medicamentos en humanos y se aplicó en 177 países, reduciendo las infecciones por hepatitis B en más del 95%.
Autopoiesis
El aporte nacional también se puede ver en la formulación de un concepto que revolucionó a la ciencia y cuyo impacto se reflejó en muchas de las áreas del conocimiento. La autopoiesis, propuesta en 1972 por los biólogos Humberto Maturana y Francisco Varela, en su libro “De máquinas y seres vivos: una teoría sobre la organización biológica”, hace referencia a cómo la vida –desde el nivel molecular– se genera y regenera a sí misma, conservando ciertos rasgos que pasan de generación en generación y adaptándose a los cambios del entorno.
El concepto tuvo mucha influencia en varias disciplinas además de la biología, como la filosofía, psicología, sociología, el lenguaje y la educación.
La T de cobre y el anticonceptivo subdérmico
El dispositivo intrauterino o DIU es el método anticonceptivo no permanente más popular del mundo. El 19,4% de las mujeres de entre 15 y 49 años lo utilizan, por ser uno de los métodos más eficaces de control de la natalidad.
Puede estar instalado de tres a diez años y su tasa de embarazo acumulada va del 0,5% al 1,4%, en aquellos que contienen dosis de hormonas, y de menos de 2% en la T de cobre.
La forma de T –y la de T de cobre, en particular– tiene origen chileno. En 1969, el doctor Jaime Zipper presentó el diseño recubierto en metal rojo como una mejora al anillo intrauterino de alambre de plata que el doctor alemán Ernst Grafenberg había creado a comienzos de la década de 1930. El médico chileno había descubierto que el efecto anticonceptivo del anillo en realidad se producía porque la plata estaba contaminada con 26% por cobre, por lo que decidió utilizarlo.
El anticonceptivo subdérmico, una pequeña varilla con hormonas que se implanta en el brazo de la mujer, comenzó a idearse en 1967 por el estadounidense Sheldon Segal y el chileno Horacio Croxatto. El anticonceptivo lidera una dosis baja y regular de la hormona progestacional. Con ello, se inhibe la ovulación por al menos tres años.
Tecnología antisísmica
El terremoto de 2010 fue una prueba de fuego para mucha de la tecnología antisísmica aplicada en Chile. Más de 100 edificios en Santiago cuentan con aisladores sísmicos, por ejemplo, entre ellos el Hospital Militar de La Reina, puentes como el Marga Marga en Viña del Mar, y Amolanas en el tramo La Serena - Los Vilos de la ruta 5 Norte.
La tecnología, impulsada desde la década de 1980 por el académico de la Universidad de Chile, Mauricio Sarrazin, es un dispositivo con una serie de gomas de alto amortiguamiento, reforzadas con láminas de acero, e instaladas en los cimientos de una estructura. Esto permite que el período de vibración tras un movimiento sea más largo, por lo que la estructura capta menos energía y resulta menos dañada. La energía del sismo puede ser hasta diez veces menor.
En la Universidad Católica, los ingenieros Juan Carlos de la Llera y Carl Lüders, han trabajado durante más de dos décadas en el desarrollo de dos tecnologías de construcción: aisladores sísmicos, que usan goma y acero para separar la estructura del suelo durante terremotos; y disipadores de energía, que reducen el movimiento de la estructura.