Soluciones basadas en la naturaleza para la protección de costas
La infraestructura gris tuvo su auge hace décadas, pero ya se ha probado que es mejor trabajar con la naturaleza que contra ella. Es por esto que las soluciones basadas en la naturaleza se están posicionando a nivel mundial, tanto para la protección de la costa como para aumentar el valor ecológico.
La erosión de las costas a nivel mundial es un problema actual, el cual se arrastra por décadas. Al comienzo del estudio de esta problemática, las soluciones encontradas e implementadas para estabilizar las costas -y frenar la pérdida de área en playas o la erosión de acantilados-, se limitó a la construcción de obras rígidas de retención de arena o de disminución de la energía del oleaje que impacta en la costa, lo que se llamó infraestructura rígida o gris.
Pero en la actualidad ya se ha demostrado que esas actuaciones pasadas no fueron las mejores después de ver el efecto negativo que éstas han tenido en muchas costas a lo largo de mundo o del fallo en su funcionalidad respecto de lo que se quería proteger con la obra.
Por una parte, han antropizado tanto las zonas costeras que ya no se parecen en nada a los ambientes naturales que alguna vez fueron y, por otro lado, a pesar de haber solucionado el problema local en algunas ocasiones, se han creado otros problemas en otras zonas, muchas veces alejadas de las obras, por efecto del corte o modificación de la dinámica litoral.
Evidenciados estos problemas es que en la actualidad la tendencia es a trabajar con la naturaleza, impactando lo menos posible en el natural funcionamiento de los sistemas. Y en esta dirección es que apareció el concepto de “Soluciones Basadas en la Naturaleza”, las cuales se pueden aplicar a cualquier ámbito, incluyendo la componente de Cambio Climático y su proyección futura.
Soluciones aplicadas a sistemas costeros
Los principales efectos a tener en cuenta en las costas y las actuaciones que planifiquemos en ellas son los eventos de tiempo severo y el aumento del nivel del mar, los cuales son cada vez más intensos debido al Cambio Climático.
La mayoría de los daños costeros son provocados por el aumento de la cota de inundación, que deriva de los efectos anteriormente citados, aumentando las probabilidades de que el agua de las costas alcance las poblaciones o infraestructuras. Es por esto que se avanza en la implementación de soluciones de infraestructura verde, con algunos ejemplos como:
- Restauración de humedales, manglares y marismas como zonas de protección frente eventos extremos, retenedoras de sedimentos y para potenciar su valor ecológico.
- Arrecifes artificiales para aumentar la biodiversidad, disminuir la energía del oleaje y generar turismo de buceo.
- Restauración de vegetación en dunas para estabilizarlas, retener arena y mitigar la erosión costera.
Todos estos sistemas son un filtro natural ante eventos extremos en las costas. En la mayoría de los casos proveen de un área amplia que genera fricción, y por tanto diminución de la velocidad y energía del agua, protegiendo las poblaciones que se sitúan detrás de ellos.
Además, todos son sistemas de alto valor ecológico, siendo algunos de ellos compatibles con una producción sustentable desde el punto de vista de la economía local, como pueden ser el marisqueo o el desarrollo turístico, siempre entendidos como respetuoso con la naturaleza.