Tecnología digital y medioambiente: unidos “para bien o para mal”
El uso de la tecnología ha cambiado el modo en que nos relacionamos con el medioambiente. Además del impacto positivo en el conocimiento de nuestro planeta, han aparecido consecuencias negativas.
Contar en órbita con satélites que fotografían la superficie terrestre es uno de los más relevantes y positivos impactos de la tecnología para la conservación del medioambiente, por solo citar uno. La obtención de información detallada y a gran escala, que se procesa y comparte, ha permitido trazar estrategias y ejecutar acciones para revertir los efectos de los daños ecológicos por la acción del hombre.
Sin embargo, la masificación del uso de dispositivos digitales está aumentando el consumo de energía eléctrica y la generación de desechos, de impacto muy negativo en la salud del planeta y que pone en severo riesgo su futuro.
Cada año más dispositivos … y más interconectados
A inicios de este año, el número de smartphones en el mundo alcanzaba la cifra de 1.500 millones de unidades (casi el 90% de la población mundial tiene al menos uno), y se estima que para el 2029 pudiera estar cerca de 1.900 millones.
El pasado año el 64,4% de la población mundial (5.400 millones de personas) estaba conectada a Internet y el 59,4% usaba redes sociales. El auge de la Inteligencia Artificial (IA) y la minería del Bitcoin, también incorporan dispositivos a la infraestructura necesaria para su desarrollo. Todo esto conlleva una gran cantidad de centros de datos y un mayor nivel de procesamiento digital, que por supuesto aumenta el consumo de electricidad proporcionalmente.
¿Cómo es el impacto al medioambiente?
Según el Informe sobre la economía digital 2024 de la UNCTAD (organismo de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo) son alarmantes las cifras del impacto medioambiental de este “boom” de la tecnología digital en la última década.
Para la producción de estos dispositivos electrónicos se necesitan materias primas que en su procesamiento son responsables de cerca del 4% de la huella de carbono registrada el pasado año.
Por otra parte, los residuos digitales están aumentando más rápido que las tasas de recolección y están contaminando los mares, ríos y aguas subterráneas con cadmio, plomo, antimonio, níquel y mercurio, entre otras sustancias, que además de ser nocivas a la salud humana, impactan negativamente en los ecosistemas asociados. Se estima que en la última década la cantidad de residuos aumentó en un 30% a nivel mundial.
¿Cuánta electricidad necesita el sector digital?
El consumo de electricidad asociado al desarrollo tecnológico en este sector también se ha disparado. En los complejos procesamientos matemáticos para las transacciones en criptomonedas el hardware utilizado es cada vez más numeroso y potente. Solo en la minería del Bitcoin durante el 2023 se usaron 121 TWh (teravatios hora o 1.012 Wh), equivalentes al consumo anual de Bélgica.
En el 2022 se registró un consumo de 460 TWh en los centros de datos mundiales, equivalente a la energía que usan 42 millones de hogares en Estados Unidos y es alarmante la proyección de que esta cifra se duplicará para el 2026.
Este consumo de electricidad hace al sector de la tecnología digital responsable de entre el 1,5% y el 3,2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, cifra similar al aporte del transporte aéreo y marítimo.
¡También agua!
El gigante Google reveló que en el 2022 usó 21,2 millones de m³ de agua en sus centros de datos, y ha confirmado el desarrollo de un sistema de enfriamiento con agua de mar, para reducir su impacto en el consumo del escaso y preciado recurso.
La compañía OpenAI dio a conocer que para el desarrollo de ChatGPT-3, utilizó 700 mil litros de agua potable, impresionante cifra cuando 2.000 millones de personas no tiene acceso a ella.
El comercio electrónico y sus desafíos
El informe de UNCTAD señala que el rápido incremento del comercio electrónico a partir del último quinquenio ha generado 10,5 millones de chatarra electrónica entre 2010 y 2022.
A partir de una cifra registrada de 2.300 millones de compradores en línea en el 2021, se estima un crecimiento vertiginoso en los próximos años por la migración a nuevas formas de comercio. Las consecuencias serían catastróficas para el planeta si no se aplican políticas integradoras que tengan en cuenta tanto los beneficios como las afectaciones ambientales.
El equilibrio necesario entre “el bien y el mal”
Sin el uso de la tecnología digital en la era del Internet, es imposible pensar una humanidad que cada vez va más lejos.
Entonces una prioridad debe ser reducir los residuos aplicando modelos de economía circular, centrada en la recuperación, reciclaje y reutilización de los millones de dispositivos que se desechan cada año en el mundo.
En lo adelante será muy importante fomentar la cooperación internacional para alcanzar los objetivos de mitigación del cambio climático que ya nos afecta a todos.