Tigrillos latinoamericanos: nuevos descubrimientos alertan sobre su vulnerabilidad
En enero de este año se describió una nueva especie de estos gatos tigres, que hasta entonces era considerada una subespecie. Amenazas sobre los bosques de Brasil, Colombia y Costa Rica los ponen en peligro.
Tiene el tamaño de un gato doméstico, la cola larga y el pelaje cubierto de manchas; y aunque esas son características que definen a muchos de los tigrillos o gatos tigre que habitan el continente americano, un equipo de más de 40 especialistas determinó que se trata de una nueva especie: el Leopardus pardinoides o tigrillo nebuloso.
Tras examinar más de 1400 registros de museos y cámaras trampa, compararon tamaños, formas y patrones de color entre los tigrillos, analizaron sus hábitats, padrones ecológicos y distribución. Todo eso, complementado con un estudio paralelo de la genética de las especies, llevó al equipo de especialistas –liderado por Tadeu de Oliveira, investigador del Departamento de Biología de la Universidad Estatal de Maranhão, Brasil– a defender que el tigrillo nebuloso es distinto a Leopardus tigrinus y Leopardus guttulus –las dos especies conocidas–, y urgen por su protección.
"El tigrillo nebuloso muestra mucho parecido facial con el margay (Leopardus wiedii), pero tiene las orejas proporcionalmente más pequeñas, el pelaje más sedoso (debido a la altitud), y la cola larga y gruesa (L. tigrinus la tiene larga, pero delgada). Su color de fondo es amarillo-marrón-anaranjado con rosetas irregularmente grandes, como nebulosas o nubladas (de ahí su nombre), y solo un par de pezones (L. tigrinus y L. guttulus, tienen dos)", explica Tadeu de Oliveira.
Hasta antes de la publicación del estudio –en enero de este año–, se consideraba al Leopardus pardinoides como una subespecie de L. tigrinus, el gato tigre del norte, considerado vulnerable en su hábitat, que abarca desde Costa Rica al centro de Brasil. Los nuevos descubrimientos, sin embargo, hacen necesaria su reclasificación como amenazados, ya que sus áreas de distribución tienen un rango distinto del que se conocía y son menos de la mitad de lo que eran antes.
Las amenazas sobre la nueva especie
L. pardinoides habita los bosques nubosos de gran altitud de Sudamérica y sur de Centroamérica; L. tigrinus vive en sabanas y matorrales como la ecorregión de Caatinga y el Cerrado brasileños; y L. guttulus es único de la mata atlántica (o bosque atlántico, región de Brasil, Paraguay y Argentina). De acuerdo al estudio, se estima que sus áreas de distribución se redujeron en 50,4%, 55,9% y 68,2%, respectivamente.
De ahí la importancia de describir a Leopardus pardinoides como especie. “Su cambio de categoría, taxonómicamente hablando, trae implicaciones que pueden ayudar a la especie en términos de conservación", señala Catalina Sánchez-Lalinde, investigadora de la TigerCats Conservation Initiative-TCCI. "Al ‘independizarse’ de Leopardus tigrinus, se pudo evidenciar que su área de distribución se redujo sustancialmente (más del 50%), y en este sentido ya los países en donde se encuentra deben tomar medidas más estrictas de conservación y manejo, con políticas públicas direccionadas a la protección de esta especie y, por ende, de su hábitat natural”, agrega la especialista en felinos pequeños.
El equipo de investigación espera que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cambie las clasificaciones de las especies y agregue al nuevo tigrillo a la lista roja, ya que esto implica que se puedan priorizar esfuerzos de conservación en los países donde se distribuyen.
“Es muy importante que el tigrillo nebuloso sea incluido en la lista de UICN, porque su situación es alarmante. Los datos lo dicen todo: su área de distribución ha disminuido en 50,4% y se encuentra completamente aislado por los istmos atlánticos, la región del Chocó-Darién y la Amazonía”, sostiene Sánchez-Lalinde. Además se encuentra amenazado por la destrucción de su hábitat, la transmisión de enfermedades por perros y gatos domésticos, la caza por retaliación (represalia), atropellamientos y el tráfico ilegal de especies, entre otras.
“Necesitamos de forma prioritaria, que los países donde se distribuye esta especie tomen las medidas necesarias con políticas de conservación, planes de manejo y acciones concretas de conservación. Tristemente es necesario que esto sea oficial, es decir, que una especie se encuentre oficialmente en listas rojas para que los gobiernos locales entiendan que es necesario actuar”, enfatiza la investigadora. Particularmente Colombia, que tiene el 40% de la distribución de la especie.
El boom del estudio de los gatos tigre
Si ha sido posible descubrir una nueva especie es porque en la actualidad el estudio de los pequeños felinos en América está viviendo su mejor época.
Brasil lidera en ello. Gracias a eso se han realizado estudios de ecología e historia natural, así como investigaciones enfocadas en análisis genéticos, que han aclarado dudas sobe la taxonomía y ecología de estas especies. Ya en 2013, investigadores liderados por Tatiane Trigo descubrieron que Leopardus guttulus era una especie diferente de L. tigrinus, por ejemplo.
El fototrampeo ha sido una de las herramientas que más ha ayudado a conocer sobre la ecología de estas especies, que son difíciles de estudiar, señala Catalina Sánchez-Lalinde. “A partir del uso de esta metodología, muchos científicos comenzaron a darles cada vez más importancia. Antes del fototrampeo, los estudios con mamíferos de medio y grande porte se hacían a partir de rastros”, agrega.
"Fue gracias al fototrampeo que fue posible ver que los pequeños felinos fotografiados en lo alto de los Andes de Ecuador no eran exactamente como el Leopardus tigrinus", dice Tadeu de Oliveira. Eso fue el 22 de junio de 2009. "¡Yo diría que aquí 'nació' Leopardus pardinoides! Antes de la llegada de las cámaras trampa, los científicos y los especialistas en felinos tenían acceso prácticamente solo a materiales de museo, pieles planas y cráneos, que no muestran la verdadera singularidad de la especie que la distingue de las demás", agrega el investigador.
En la actualidad, el principal obstáculo para su estudio es la falta de recursos económicos. “No hay políticas públicas que prioricen estas especies en muchos países, por lo tanto, los recursos no son direccionados para este fin”, sostiene Catalina Sánchez-Lalinde. También se suman las dificultades de acceso a algunos lugares y, en el caso puntual para Colombia, áreas de conflicto armado.
Fuentes y referencias de la noticia:
- de Oliveira, T.G., Fox-Rosales, L.A., Ramírez-Fernández, J.D. et al. Ecological modeling, biogeography, and phenotypic analyses setting the tiger cats’ hyperdimensional niches reveal a new species. Sci Rep 14, 2395 (2024).