Un milímetro cúbico del cerebro de un ratón podría revelar los secretos de la inteligencia humana
La inteligencia artificial revoluciona nuevamente nuestra visión del mundo, en particular, con un mapeo de un milímetro de corteza cerebral de un ratón. ¿Cómo ayuda esto a comprender la mente humana?

En un rincón diminuto del universo, más pequeño que un grano de arena, podría esconderse una de las claves más grandes de la humanidad. No se trata de un agujero negro ni de una partícula subatómica, sino de un milímetro cúbico del cerebro de un ratón, cartografiado con una precisión nunca antes vista.
Este avance, parte del proyecto MICrONS, promete revolucionar lo que sabemos sobre la mente, la memoria y la conciencia.
Un Google Maps del cerebro
Imagina poder recorrer el cerebro como si fuera una ciudad: con autopistas neuronales, callejones sin salida y conexiones escondidas. Eso fue lo que lograron científicos del Instituto Allen, la Universidad de Princeton y otros centros al reconstruir en 3D una sección de la corteza visual de un ratón.
El experimento tuvo incluso un giro cinematográfico. Los ratones, modificados genéticamente para que sus neuronas brillaran al activarse, vieron escenas de The Matrix y documentales de naturaleza. Así, los investigadores observaron cómo se encendían distintas zonas del cerebro al procesar imágenes, cruzando estructura con función en tiempo real.
¿Por qué estudiar ratones?
Aunque el cerebro del ratón es miles de veces más pequeño que el humano, sus circuitos fundamentales son muy similares. “Es como estudiar el motor de un auto para entender cómo funciona un avión”, explica Nuno da Costa, del Instituto Allen. La región analizada, la corteza cerebral, es clave en funciones superiores como el lenguaje o la toma de decisiones. Comprender cómo funciona en animales puede darnos pistas sobre nuestra propia mente.

Uno de los descubrimientos más sorprendentes fue cómo las células inhibidoras —las que “frenan” la actividad cerebral— no actúan al azar. Por el contrario, muestran una precisión quirúrgica, modulando redes específicas con una lógica aún poco comprendida.
De enfermedades a inteligencia artificial
Este mapa cerebral no solo impacta a la neurociencia, también podría cambiar la medicina. Enfermedades como el alzhéimer o la esquizofrenia están relacionadas con fallas en las conexiones neuronales. Tener este tipo de planos podría permitir diagnósticos y tratamientos más certeros. “Si tienes el diagrama de una radio, es más fácil repararla”, señala da Costa.

Además, el conocimiento acumulado ya está inspirando nuevas arquitecturas en inteligencia artificial. Algunas redes neuronales artificiales, entrenadas con estos datos, están replicando patrones biológicos, lo que sugiere que la naturaleza y la tecnología podrían estar convergiendo.
Un viaje que apenas comienza
Aunque el fragmento analizado representa solo el 0,0001% del cerebro humano, científicos como Rafael Yuste, de la Universidad de Columbia, lo comparan con “poner el primer ladrillo de un rascacielos”. Cartografiar un cerebro completo podría tomar décadas, pero los primeros pasos ya están dados.
En un mundo que busca respuestas en el espacio o en la inteligencia artificial, este descubrimiento nos recuerda que uno de los mayores misterios aún está dentro de nosotros. Y que, a veces, lo más extraordinario se esconde en lo más pequeño.
Referencias de la nota:
- Schneider-Mizell et al. "Inhibitory specificity from a connectomic census of mouse visual cortex". Nature