¡Una especie única! Abejas de Isla de Pascua son las más sanas del mundo
Además de estar libres de los patógenos que usualmente afectan a las abejas de miel en otros lugares del planeta, las polinizadoras pascuenses producen la miel más pura de Chile
En medio del vasto Océano Pacífico, la Isla de Pascua, famosa por sus enigmáticas estatuas Moai, también alberga un tesoro natural: sus abejas de miel.
Estas incansables trabajadoras no solo son esenciales para el ecosistema de la isla, sino que también son productoras de la miel más pura del mundo.
Así lo documentó hace algunos años un informe elaborado por el Centro de Emprendimiento Apícola de la Universidad Mayor (CeapiMayor) y la Corporación Apícola Chile (Cach), con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
Entre los interesantes hallazgos de este valioso estudio, se determinó que las familias de abejas que viven en Rapa Nui están libres de enfermedades y que además son increíblemente productivas, entregando grandes cantidades de una deliciosa miel.
Salud inigualable, ¿cuál es su secreto?
Uno de los factores clave detrás de la salud robusta de las abejas de la Isla de Pascua es su aislamiento geográfico. Al encontrarse en medio del océano, la isla ha actuado como una especie de barrera natural que ha limitado la introducción de patógenos y parásitos que afectan a las abejas en otros lugares.
Patricia Aldea, médico veterinario y directora del CeapiMayor.
Según detalló la especialista en un comunicado de FIA, estos patógenos son:
- el ácaro Varroa destructor, responsable de la varroasis;
- el parásito Acarapis woodi, que causa una enfermedad del sistema respiratorio;
- las enfermedades bacterianas Loque americano y europeo.
Esta gran ventaja es compartida solo con dos lugares más en el mundo ubicados en Australia y Nueva Zelanda, donde hay ecosistemas únicos que permiten a las abejas y otros animales estar libres de las amenazas comunes que enfrentan sus contrapartes en tierras continentales.
La miel más pura del mundo
Viajemos un momento al pasado. Tal como ocurrió con la abeja de miel en gran parte del continente Americano, se estima que esta especie fue introducida en Isla de Pascua con la llegada de sacerdotes colonizadores alrededor del año 1850.
En esta larga trayectoria de más de 150 años, las abejas pascuenses no han tenido contacto con individuos de otros lugares, lo que las convierte en una especie única.
Entonces, ¿por qué su miel es considerada la más pura del mundo? Algunas de las razones se explican por:
- Especie libre de patógenos, lo que permite una apicultura muy limpia, no hay residuos peligrosos que puedan pasar a la miel.
- La biodiversidad de la Isla, con una gran variedad de flores nativas y plantas endémicas, las abejas de la Isla de Pascua tienen acceso a una fuente de néctar diversa y no contaminada.
- Entorno natural libre de contaminantes, la ausencia de prácticas agrícolas intensivas y la mínima presencia de pesticidas garantizan que la miel producida sea libre de residuos químicos.
Otro dato impactante es el nivel de productividad que tienen las abejas pascuenses. ¡Son imparables! Mientras que en Chile continental los apicultores pueden obtener 20 kilos de miel al año, en la Isla se producen entre 90 y 120 kilos.
Aldea explicó que “gracias al clima subtropical las abejas disponen de flujo de néctar casi todo el año. Por otra parte, las colmenas generan crías durante 9 a 10 meses a lo menos, lo que permite producir abejas reinas durante ese tiempo, mientras que en el continente la temporada dura sólo tres”.
Un rol vital en la Isla de Pascua, más allá de la miel
Para un artículo del sitio Ecocolmena, Patricio Castillo Manutomatoma, apicultor de la Isla comentó que “repartimos la miel. Consumimos harta, la regalamos, pero no la aprovechamos completamente ni cuidamos tanto a las abejas, porque no todos conocen su rol”.
Las abejas de la Isla de Pascua desempeñan un papel vital en el equilibrio ecológico de la isla. Como polinizadores clave, facilitan la reproducción de muchas plantas nativas, manteniendo la biodiversidad y preservando el delicado ecosistema pascuense.
Patricio Madariaga, presidente de la Cach.
En un mundo donde las poblaciones de abejas enfrentan amenazas cada vez mayores, la historia de las abejas de la Isla de Pascua ofrece una esperanza renovada para la preservación de estos polinizadores vitales.