Una investigación descubre que el Ártico podría registrar su primer día sin hielo antes de 2026
Investigaciones recientes indican que el Ártico podría registrar su primer día sin hielo antes de 2026, al menos diez años antes de lo que habían estimado investigaciones anteriores. La situación está impulsada por el cambio climático.
Los científicos descubren que dentro de los próximos dos años, el Ártico podría registrarse su primer día con hielo marino derritiéndose. Proyecciones anteriores estimaban que aún serían necesarios al menos 10 años para que esto sucediera.
La investigación fue dirigida por científicos de la Universidad de California, que buscaban estimaciones actualizadas del derretimiento del hielo en la región ártica. La cobertura mínima de hielo considerada para la investigación fue de 1 millón de kilómetros cuadrados, lo que representa menos del 20% del mínimo que registró la región en la década de 1980.
La investigación también encontró que el primer día que la capa de hielo marino cayó por debajo de 1 kilómetro cuadrado podría ser hasta 18 años antes que las estimaciones anteriores.
La capa de hielo en el Ártico varía a lo largo del año, alcanzando su mínimo durante el verano del hemisferio norte y su máximo durante el invierno, cuando la capa de hielo se vuelve más ancha.
En algunos escenarios en los que los humanos reducen las emisiones contaminantes, el tiempo para que se produzca esta drástica reducción puede tardar un poco más. Aun así, el equipo descubrió que incluso según las proyecciones más optimistas, el Ártico registrará su primer día sin hielo antes del año 2030.
Dentro de unas décadas, a finales de siglo, el Ártico estará libre de hielo durante períodos de varios meses a lo largo del año. En escenarios más extremos de altas emisiones contaminantes, el norte del planeta podría estar consistentemente libre de hielo incluso durante algunos meses de invierno, cuando el hielo marino debería estar en su máxima cobertura.
Los problemas que pueden provocar la pérdida de hielo marino
La disminución del hielo marino tiene impactos significativos en los animales del Ártico que dependen de él para sobrevivir, como las focas y los osos polares. Además, a medida que el océano se calienta, los peces no nativos pueden trasladarse al Océano Ártico. Aún no está claro qué impacto podrían tener estas especies invasoras en los ecosistemas locales.
La pérdida de hielo marino también supone un grave riesgo para las comunidades que viven cerca de la costa. El hielo marino desempeña, por ejemplo, un papel importante a la hora de amortiguar el impacto de las olas del mar. A medida que el hielo marino retrocede, las olas del mar aumentan, provocando una erosión costera que podría hacer que algunas regiones sean habitables.
Las emisiones de gases de efecto invernadero son las principales responsables de la pérdida de hielo marino. Además, se produce un circuito de retroalimentación que empeora la situación: el hielo blanco refleja una gran cantidad de luz solar de vuelta al espacio. A medida que la capa de nieve y hielo disminuye, la reflexión también disminuye. Como resultado, el océano absorbe más calor, lo que aumenta exponencialmente el calentamiento y el derretimiento del hielo.
La buena noticia es que, a diferencia de la capa de hielo de Groenlandia, que tardó millas de años en emerger, el hielo marino puede volver a formarse rápidamente. Si podemos encontrar una manera eficiente de eliminar de la atmósfera gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el hielo marino podría regresar en aproximadamente una década.
Referencia de noticias: Alexandra Jahn, Marika M. Holland, Jennifer E. Kay. Proyecciones de un Océano Ártico sin hielo. Reseñas de la naturaleza, Tierra y medio ambiente, 2024.