Usar el optimismo contra la procrastinación: creer en un futuro menos estresante aumenta la productividad
Una nueva investigación revela que la procrastinación puede deberse en gran medida a visiones negativas y pesimistas sobre el futuro, algo que se puede combatir con optimismo.
Hoy en día, la lucha contra la procrastinación es habitual entre los jóvenes. ¿Cuántas veces has hecho una lista de cosas por hacer y, aunque la tarea más importante está arriba, terminaste distrayéndote o priorizando otras actividades menos importantes? Esto es lo que llamamos procrastinar.
Aunque los procrastinadores a menudo se culpan a sí mismos por su “mal hábito”, los científicos de la Universidad de Tokio acaban de hacer un descubrimiento intrigante: la verdadera causa de la procrastinación puede no ser la pereza, como muchos piensan, sino más bien preocupaciones excesivamente negativas sobre el futuro.
Saya Kashiwakura, investigadora de la Universidad de Tokio, informó que desde pequeña postergaba tareas importantes, como estudiar para los exámenes. Fue su propio comportamiento el que la llevó a investigar la relación entre la procrastinación y las perspectivas de los jóvenes sobre el futuro.
Las investigaciones han demostrado que una visión optimista del futuro se asocia con niveles más bajos de procrastinación. En otras palabras, si una persona cree que sus niveles de estrés se reducirán en el futuro, suele tener tasas más bajas de procrastinación. Los procrastinadores serios, en general, tienen visiones más pesimistas sobre el futuro.
El estudio se realizó con cientos de jóvenes en Japón
En el estudio participaron 296 jóvenes de Japón, de alrededor de 20 años, que respondieron cuestionarios sobre estrés y bienestar. Los resultados indicaron que las personas optimistas, que creen que el estrés no aumentará en el futuro, tienen menos probabilidades de tener hábitos severos de procrastinación.
Los investigadores también notaron que la percepción del estrés a lo largo del tiempo influyó en los hábitos de procrastinación de los participantes. Sin embargo, sorprendentemente no se detectó ninguna relación entre la procrastinación y el bienestar de los participantes.
En otras palabras, cuestiones como la falta de propósito en la vida y la autodesprecio no parecen afectar los niveles de procrastinación de las personas, lo que indica que la procrastinación se basa puramente en visiones pesimistas sobre el futuro.
Basándose en estos resultados, el equipo ahora planea desarrollar métodos para ayudar a las personas a cultivar una mentalidad más optimista sobre el futuro y así superar la procrastinación. Comprender la causa del problema y trabajar activamente para mejorarlo siempre será mucho más eficiente que culparse a uno mismo.
Fuentes y referencias de la noticia:
Saya Kashiwakura and Kazuo Hiraki. Future optimism group based on the chronological stress view is less likely to be severe procrastinators. Scientific Reports. 30 May 2024.