Velocidad del núcleo de la Tierra oscila: ¿en qué implica esto?
Estudio descubre que existen variaciones en la velocidad de rotación del núcleo de la Tierra, que son capaces incluso de cambiar la duración de los días en el planeta. Este nuevo modelo contradice los anteriores, que postulaban una rotación rápida y constante.
Investigadores de la University of Southern California (USC) encontraron evidencias de que el suelo puede ser mucho más inestable de lo que imaginábamos, contradiciendo los modelos anteriores que sugerían que el núcleo interno de la Tierra giraba a una velocidad más rápida de lo que la superficie del planeta lo hacía.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, mostró evidencias de que el núcleo no es tan consistente como se creía: él oscila, y algunas veces, hasta realiza la increíble hazaña de invertir su dirección de giro. "Nuestras últimas observaciones indican que el núcleo del planeta giró más lentamente entre 1696 y 1971, y que llegó a cambiar de dirección entre 1971 y 1974", dijo John E. Vidale, coautor del estudio.
Además, cuando el núcleo oscila de velocidad, los días en el planeta se vuelven ligeramente más largos o cortos, ya que esto impacta en la propia rotación del planeta —y la duración del día registrada en estos años es coincidente con las variaciones de la velocidad que los cientistas descubrieron.
Nuestra comprensión del núcleo de la Tierra —una bola caliente y densa de fierro sólido del tamaño de Plutón— aumentó enormemente en los últimos 30 años. Dado que es imposible observarlo directamente, los investigadores han recurrido a formas indirectas de medir sus propiedades, lo que ha ayudado a desvendar algunos de los misterios de nuestro planeta.
¿Cómo los investigadores llegaron a la conclusión de que la velocidad del núcleo del planeta oscila?
Utilizando datos del Large Aperture Seismic Array (LASA), una instalación perteneciente a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, los investigadores fueron capaces de analizar las ondas sísmicas generadas por pruebas nucleares soviéticas entre 1969 y 1974.
Utilizando una técnica de formación de haz desarrollada por Vidale, las ondas de compresión resultante de las explosiones nucleares indicaron que el núcleo interno del planeta seguía un ritmo más lento que el previsto entre 1971 y 1974, y llegó a cambiar de dirección entre 1969 y 1971.
En la actualidad existen dificultades para dar continuidad a estos estudios. El LASA cerró en 1978, y la era de las pruebas atómicas acabó, lo que significa que, para avanzar en el estudio, los investigadores necesitarán confiar en datos de terremotos —mucho menos precisos, incluso considerando los avances recientes en instrumentación.
Sin embargo, el hecho de que se haya descubierto que la velocidad del núcleo del planeta no es fija y que oscila de tiempos en tiempos entrega una teoría convincente, que responde muchas de las preguntas que estaban en abierto en la comunidad geofísica y geológica mundial.