Vida sin luz: ¿qué es la zona crepuscular del océano y por qué es tan trascendental?
Esta es la entrada al océano profundo. Un sector con formas de vida muy peculiares y diversas, pero que se encuentra amenazado por el calentamiento global y la contaminación. Sumérgete en este artículo submarino.
En el enorme océano hay un sector que es fundamental para la biodiversidad. Se trata de la zona crepuscular, la cual se encuentra entre 200 y 1.000 metros por debajo de la superficie marina. Allí casi no llega la luz natural por lo que ha desarrollado su propia bioquímica y ecosistemas ante la escasa influencia del Sol.
"Es un sector de penumbra, en el que penetra algo de luz solar, pero no la suficiente como para que habiten organismos fotosintéticos. La podemos considerar la entrada al océano profundo”, detalla Catalina Velasco, bióloga marina y autora de “Vida sumergida”.
En ese mundo en penumbra domina la bioluminiscencia. “Muchos organismos que acá habitan la utilizan para cazar, defenderse o buscar pareja. Y algunas criaturas como el rape (Lophius piscatorius) usan una combinación de boca enorme y bioluminiscencia para atrapar a sus presas”, revela la especialista.
“Sin embargo, los animales más comunes en este ambiente son los que se alimentan de la materia orgánica que queda suspendida en el agua (nieve marina), o que se acumula en el lecho marino, porque los carnívoros y carroñeros no son tan abundantes en ambientes donde el alimento escasea”, complementa Catalina.
Vida en las sombras
A la falta de luz natural se le suma el silencio que reina en estas profundidades llena de una vida que en gran parte aún es desconocida para la ciencia y, por ende, para la mayoría de los seres humanos.
“Las condiciones ambientales en este sector son más estables que en la zona fótica, donde las variaciones son estacionales y diarias. Acá la alta presión, las temperaturas más bajas y la falta de luz son una constante”, ilustra Catalina Velasco.
Un estudio publicado la revista Nature expresa que “la zona crepuscular es protagonista de la migración más grande del mundo, ya que peces y zooplancton se mueven cientos de metros hacia la superficie cada noche para alimentarse antes que el Sol reaparezca”.
El récord de buceo más profundo se registró en este lugar. Fue en 2014 cuando el submarinista, Ahmed Gabr, bajó 332 metros en el mar Rojo. La presión que soportó el buzo fue equivalente a tener 200 autos encima.
Arrecifes en Chile
“La luminosidad es escasa; y la presión, peligrosa para un humano. ¿Cómo se relacionan estos ecosistemas con nosotros? ¿Y cómo podemos conservarlos? Síguenos en este inédito viaje de exploración por profundidades desconocidas de Chile y maravíllate con la biodiversidad de los arrecifes mesofóticos templados”, así nos introduce a este mundo el Núcleo Milenio Nutme, el centro científico que los investiga esta área de la zona crepuscular.
Los arrecifes mesofóticos templados “son afloramientos rocosos, que se ubican en latitudes medias, entre rangos de 30 a 300 metros de profundidad. Estos ambientes albergan ecosistemas con especies adaptadas a condiciones de alta presión y luminosidad escasa”, detalla el centro.
“A diferencia de los arrecifes más superficiales, los arrecifes mesofóticos templados están prácticamente inexplorados en Chile. Estos podrían representar una reserva de biodiversidad única, además de un refugio para aquellas especies que han sufrido ampliamente por disturbios, amenazas y sobreexplotación en ambientes menos profundos”, sostiene Nutme.
El problema es que el calentamiento global y la contaminación amenazan esta franja única de los mares que, además, almacena enormes cantidades de carbono. Urge proteger, incluso, antes de investigar la zona crepuscular que hasta el momento no está regulada.