Volcanes peligrosos y cómo identificarlos: ¿estaremos en riesgo?
La forma en que una erupción es estudiada puede ser preponderante para que en el futuro se identifique con más facilidad la ocurrencia de una erupción ¡y hasta su peligrosidad!. Te contamos más sobre el asunto.
Los vulcanólogos -científicos responsables por el estudio de los fenómenos vulcanológicos- hace mucho tiempo buscan respuestas para dos importantes interrogantes: ¿cuál es el momento exacto en que ocurrirá la erupción de un volcán? ¿De qué forma se desarrollará la erupción -explosiva, efusiva o mixta?
Es importante destacar en este punto que las erupciones volcánicas pueden presentar características diferentes. En una erupción efusiva, la lava expulsa es muy fluida, pudiendose fácilmente transformarse en extensos ríos de lava. En contraste, una erupción explosiva se caracteriza por la viscosidad de la lava que es expulsa y por la intensa concentración de gases que se elevan a grandes altitudes. Y aún, existen las erupciones del tipo mixtas.
Un estudio reciente de la ETH Zurich entrega algunas respuestas, considerando los eventos más recientes en lo que respecta a la vulcanología. El "cuándo" es ahora más fácil de responder, y fue algo que se pudo verificar en la erupción del Cumbre Vieja, en la Isla de La Palma. A través del análisis de datos sísmicos, los científicos fueron capaces de monitorear el ascenso de la lava en tiempo real, pudiendo así estimar la erupción de la ventana de dos a tres días.
Sin embargo, el "cómo" continúa siendo algo complejo de prever. Por ejemplo, los grandes volcanes que se ubican en zonas de subducción pueden entrar en erupción de varias formas, no habiendo una forma irrefutable de prever si será una erupción efusiva, mixta o explosiva. Los estudios elaborados hasta ahora se centraban en los procesos que ocurrían en los canales volcánicos que canalizan el magma hasta la superficie.
Desde este punto de vista, se sabe que si hay una gran cantidad de gases disueltos en el magma, la probabilidad de una erupción explosiva es más grande. Al contrario, si el magma tiene bajas cantidades de gas disuelto, la probabilidad de una erupción explosiva es bien más baja, por lo que, a comienzo, representa menos peligro para las áreas circundantes. La cantidad de agua disuelta en el magma es un factor muy importante en este análisis.
Nuevas conclusiones llevan a nuevas pistas
En el estudio realizado, en que fueron analizados datos de más de 245 erupciones volcánicas, y centrados en la cámara magmática, un equipo del ETZ Zurich procedió a la reconstitución de la temperatura de la cámara magmática antes de la erupción, tratando de descubrir cuántos cristales sólidos estaban presentes en el magma y cuán alto era el contenido de agua disuelta. Este análisis más teórico permitió confirmar algunos conocimientos adquiridos, pero también llevó a nuevos descubrimientos.
En lo que respecta a la presencia de agua en el magma, cuando la concentración es baja, el riesgo de una erupción explosiva es igualmente bajo, lo mismo se aplica a la cantidad de cristales. Por otro lado, si el magma tuvo una baja concentración de cristales, pero una concentración de agua de cerca 3,5%, el riesgo de erupción explosiva es muy alto.
Satélites han sido clave para monitorear la erupción en La Palma.
Lo que realmente sorprendió a los investigadores de la universidad helvética fue el hecho de cuando la proporción de agua supera el 5,5%, el riesgo de erupción explosiva cae abruptamente. Así, algunas burbujas de gas que se forman con una elevada concentración de agua pueden, por un lado, potenciar un erupción explosiva, pero por otro lado pueden atrasar la erupción del volcán, sirviendo como tapón a la salida de la cámara magmática o como amortiguador, dando más tiempo al magma para cristalizar.
Así, en teoría, está abierta una ventana de oportunidades en lo que respecta a la predicción de las erupciones volcánicas, que puedan colocar en peligro las personas y bienes. El cruzamiento de esta revisión bibliográfica, marcadamente teórica, con datos más recientes, puede ayudar a mitigar estos eventos en un futuro muy próximo.