Vórtices polares solares: nueva investigación revela la probable existencia de vórtices de plasma giratorios en el Sol
Nuevos modelos desarrollados por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica han revelado que el Sol podría tener su propio vórtice polar. Estas grandes masas arremolinadas son de particular interés, ya que podrían tener un efecto dramático en el campo magnético del Sol.
Cada invierno, ya sea en el hemisferio norte o sur, el término vórtice polar está constantemente presente en la mente de los pronosticadores y entusiastas del clima frío por igual. El vórtice polar, en la Tierra, es el nombre que se le da al gran centro de baja presión de nivel superior y la cúpula correspondiente de aire frío que se arremolina alrededor del Ártico y la Antártica.
El vórtice polar de la Tierra
Cuando está en su punto más fuerte, el vórtice polar mantiene el aire frío del ártico bloqueado sobre los polos. Durante el invierno en el hemisferio norte, el vórtice polar ocasionalmente se expande hacia el ecuador, lo que permite que oleadas de aire frío inunden el territorio continental de los Estados Unidos. La expansión del vórtice polar suele ser responsable de algunos de los brotes de tiempo frío más extremos de los registros recientes.
El gradiente de temperatura entre los polos y el ecuador, combinado con la fuerza de Coriolis de la Tierra en rotación, causa la presencia persistente del vórtice polar. Este no es un fenómeno exclusivo de nuestro planeta.
Otros cuerpos observables en nuestro sistema solar también contienen vórtices polares. Se han observado directamente en los planetas gigantes gaseosos Júpiter y Saturno. Giran alrededor de los polos de una manera similar a los de la Tierra, en algunos casos, adoptando formas exóticas, más hexagonales. Casi todos los demás planetas de nuestro sistema solar, con la excepción de Mercurio, han mostrado evidencia de un vórtice polar.
Vórtice polar solar
Una investigación recién publicada del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) ha revelado que el propio Sol también puede albergar vórtices polares. Estos vórtices polares solares serían de particular interés, ya que la composición del Sol es bastante diferente a la de los planetas. Como el Sol está compuesto en gran parte de plasma, los vórtices giratorios de este material ionizado pueden tener un efecto notable en los campos magnéticos. Las oscilaciones del campo magnético del Sol pueden tener efectos dramáticos en el clima espacial.
Esta investigación es teórica y se basa en nuestro conocimiento actual del Sol a través de modelos. La investigación reveló que estos vórtices polares probablemente fluctúen con el tiempo. Esto se debe al hecho de que el campo magnético del Sol no es constante.
Fluye y refluye con el ciclo de máximo/mínimo solar, e incluso cambia de polaridad cada cierto tiempo. Los vórtices probablemente crezcan, se encojan e incluso desaparezcan alrededor del momento del máximo solar. Los vórtices polares presentes en el Sol probablemente sean un componente crucial del ciclo solar y puedan ayudar a los investigadores a comprender aún más el campo magnético dinámico del Sol en el futuro.
Nunca se ha realizado una misión espacial solar directa. Un estudio más profundo del vórtice polar solar y su efecto en el campo magnético probablemente será fundamental para cronometrar correctamente una misión de este tipo.