Burbuja cálida en el océano Pacífico no llegaría a Chile
La gran superficie oceánica de temperaturas más altas que se identificó a finales de 2019 frente a Nueva Zelanda está perdiendo fuerza lentamente y se desvanecería antes de llegar a las costas de nuestro país.
El área oceánica frente a las costas de Nueva Zelanda que llegó a tener más de 6 ºC de temperatura que lo normal, ha causado mucha preocupación en varios lugares, no solo de la cuenca del Pacífico, sino que también en otras partes del mundo. La gran burbuja cálida, que se identificó a finales del año pasado, llamó la atención no apenas por su intensidad, sino que también por su gran extensión: llegó a tener una superficie cercana al millón de kilómetros cuadrados.
Según investigadores de la Universidad de Victoria en Wellington en entrevista para el New Zealand Herald, el sobrecalentamiento de las aguas superficiales del océano Pacífico en esa región del Pacífico se debió a la presencia prolongada de una área de altas presiones que propició el calentamiento y la menor evaporación del agua en aquella región, haciendo con que la temperatura del mar no bajara. Las altas presiones son sistemas atmosféricos que tienen, como características singulares, la inhibición de formación de nubes y viento de muy baja intensidad.
¿Cuál es el impacto que esto podría causar?
La mayor preocupación de los científicos es el impacto que esta burbuja cálida podría causar a la vida marina. Las variaciones en la temperatura superficial del agua de mar (TSM) raramente superan 1 ºC, para más o menos. En este caso en particular, la TSM superó los 5 ºC de diferencia con relación al promedio histórico.
Las especies animales y vegetales que habitan esa parte del océano pueden sufrir un gran estrés, llevando incluso a la muerte de algunas especies que no pueden migrar y escapar de esta basta región extraordinariamente cálida. Respecto a la atmósfera, no hay nada cierto sobre la influencia que este fenómeno pueda generar en el clima de regiones más alejadas.
En Chile, la noticia de la propagación de esta área de altas temperaturas en el océano Pacífico dejó en alerta a varios. Si este núcleo cálido llegase a nuestras costas podría afectar gravemente el ecosistema marino, y no solo por el hecho de las temperaturas ser mayores, si no que también porque otras propiedades y características del agua de mar serían alteradas, como por ejemplo la salinidad, pH, la concentración de zooplancton y fitoplancton, por mencionar algunos.
La buena noticia es que su movimiento es muy lento, por lo que, de llegar, no sería de forma tan rápida y brusca. Los últimos resultados de los modelos climáticos y oceánicos proyectan que esta burbuja caliente se mueve cada vez más lentamente hacia Chile, quedando prácticamente estacionaria al este de Nueva Zelanda. Durante el primer semestre de 2020, la anomalía positiva de agua de mar se reducirá de forma importante, llegando a estar apenas 1 ºC sobre el promedio de la TSM de ese sector del Pacífico hacia el mes de junio.
Posibilidades de La Niña a la vista
En estas proyecciones también es posible identificar la disminución de la temperatura del mar en la región del Pacífico ecuatorial frente a las costas de Ecuador y el norte de Perú, evidenciando la posibilidad del establecimiento del fenómeno de La Niña durante el segundo semestre de 2020.